Los ciudadanos tenemos derechos y obligaciones, entre ellas el salir a votar.
En los países desarrollados sus sistemas políticos son más prácticos en sus decisiones, pero en el caso de América Latina por mucho tiempo se veían los procesos electorales de mero trámite o había elecciones donde el ciudadano votaba por no votar, o por anular el voto o emitirlo en blanco, esto empezó a ser importante en las estadísticas electorales y se reconoció el fenómeno del voto blanco.
En los comicios anteriores ha quedado de manifiesto que son muy poquitos los que acuden a votar. Cuando mucho, un 35% acude a las urnas. Quintana Roo es una de las entidades con mayor índice de abstencionismo.
Son muchos los que están hartos de los políticos tradicionales. Pero no obstante ese hartazgo, el día de los comicios, la flojera, la noche de copas de un día anterior no les permite hacer un esfuerzo, para influir en las decisiones electorales dejando esa responsabilidad en unos cuantos.
Esos que si van a las urnas, independientemente de por quién voten, es lo que se conoce como “voto duro”. Las expectativas para los comicios del 5 de junio, no son nada buenas.
Es una ironía, los políticos tradicionales, basan sus esperanzas de triunfo en el voto duro de sus partidos. Las expectativas son enormes, pero los actores políticos no parecen ser motivo suficiente para que los electores acudan a las urnas, en esta ocasión. Evidentemente, el triunfador absoluto de estos comicios, será de nueva cuenta el abstencionismo.
Pero el abstencionismo, se manifiesta en dos formas: el abstencionismo activo, que es el que el ciudadano estando facultado para votar no lo hace dando razones políticas por qué no vota que puede ser porque no le gustan los candidatos y el indiferente que simplemente no da razón o es por apatía o pereza, lo cierto es que es un fenómeno que cada vez cobra más importancia.
El voto duro se refiere al voto de los afiliados, militantes y dirigentes de un partido político, que siempre votan, han votado y votaran por ese partido, son leales y por lo general viene de la tradición familiar, pero ese voto es que define una elección de baja participación como las locales donde por lo general solo vota el voto duro.