Los signos ya están presentes y son evidentes. Este es un problema que surge al comienzo de cada crisis financiera: los economistas y los principales medios de comunicación mienten al público. Incluso cuando la inflación de precios afecta al consumidor nos dicen que no hay nada de qué preocuparse.
Oferta y demanda, deuda y déficit, velocidad de circulación del dinero e inflación; estos elementos no pueden ser ignorados.
Esta es la situación en la que nos encontramos hoy. La Reserva Federal está en medio de un programa de aumento de tasas. El problema es que las tasas de interés más altas no hacen bajar los precios.
A principios de la década de 2000, las tasas eran del 1% y en 2006 superaron el 5%. Fue entonces cuando comenzaron a aparecer grietas. En 2007/2008, hubo una implosión crediticia, que desencadenó la mayor operación de impresión de dinero en la historia de EE. UU.
Hoy, el banco central no tiene la capacidad de inundar la economía con más dinero fiduciario, al menos no sin desencadenar inmediatamente una espiral inflacionaria.
¿Pero por qué el banco central exige el declive de la economía estadounidense? Pues para acelerar la introducción de monedas digitales.
Para febrero de 2023, la FED habrá acercado a las tasas de interés del 5 %, lo que provocará una caída masiva del mercado. La repercusión se vera alrededor de marzo o abril de 2023.
Sin embargo, la inflación no está a punto de desaparecer. Hay que tener en cuenta el problema de los precios de la energía, que se mantienen bajos debido a la política de “carbono cero” de China, que ralentiza la economía y reduce al mínimo el uso de petróleo.
Tan pronto como China vuelva a abrirse a los mercados mundiales, los precios del petróleo volverán a dispararse a nivel mundial.
Luego está la guerra en Ucrania y las sanciones en curso contra Rusia.
Los altos precios de la energía y las interrupciones en la cadena de suministro harán que los precios continúen aumentando en Europa hasta 2023, lo que provocará el caos.
Sugiero que los lectores se abastezcan siempre que sea posible y se organicen dentro de sus comunidades locales antes del próximo abril.
Pero mientras tanto, Feliz Navidad a todos.
