En agosto pasado, el 9 para ser más exactos, fue detenida LETICIA RODRÍGUEZ LARA. Una mujer a la que, como agente de la Policía Judicial Federal, el Estado capacitó y adiestró para combatir a criminales, pero que en el camino se dio cuenta que era más redituable ser delincuente que policía y se pasó al bando contrario. Entonces dejó de ser solamente “la Lety” y como los barones de la droga a los que llaman “Don”, pasó a ser “Doña”. En principio sólo era un narco más, a las órdenes del jefe de la célula del Cártel de Sinaloa en Quintana Roo. Pero las ambiciones de Leticia iban más allá. Creo su propia su organización y en poco tiempo desplazó a su jefe asumiendo el liderazgo. Durante cinco años duró su reinado, casi lo mismo que el de Roberto Borge.
Decenas de ejecuciones, levantones, secuestros, fueron el sello de su reinado. Así, se erigió en la jefa del Cártel de Cancún. Su poderío fue tal que tuvieron que unirse varios grupos criminales para combatirla, aunque al final su captura la hizo la Marina, en Puebla, donde estaba de paso.
No hubo ningún aviso para los gobiernos estatal y municipal, por aquello de las filtraciones. Antes hubo múltiples cateos y operativos para detener a la “ilocalizable” mujer, pero cuando llegaban las Fuerzas Federales ya no había nadie. Leticia Rodríguez, apodada también “La 40”, fue vecina de Borge Angulo en los exclusivos y suntuosos apartamentos de Puerto Cancún, en la Torre Majoris. En el fraccionamiento Villa Magna, la ex agente tenía como vecinos a familiares del ex gobernador. En Cancún y Alfredo V. Bonfil, donde era su centro de operaciones, todos sabían dónde estaba, menos quienes debían capturarla. Era más que obvio el contubernio oficial. Pero la red de complicidades no se limitaba a policías estatales y municipales, se extendía a niveles muy altos, por lo que se sabía intocable, de ahí que el operativo de los infantes de Marina que culminó con su aprehensión fue sin enterar a sus protectores. Recordemos que la detención de su hijo, José Rafael Zocsi Rodríguez, “El Dobber”, el pasado 6 de julio, fue casual.
Fueron modestos elementos auxiliares que no estaban en la nómina de “Doña Lety”, de lo contrario no lo hubieran detenido. Ahora bien ¿Borge no sabía que gente tan cercana?; ¿él, como su secretario particular y su jefe de escoltas, estaban al servicio de “Doña Lety”? Entonces no debería causar sorpresa que el lugar que fue cateado por la SEIDO la madrugada del lunes tenga relación con Leticia Rodríguez y mucho menos, nos debe sorprender que en dicho lugar también exista un nexo con el ex gobernador. Roberto Borge ya está preso y, por mucho que trate de evitar su extradición, lo tendremos en México. “Doña Lety”, su hijo y uno de sus principales colaboradores, también están tras las rejas y están vinculados a proceso. Pero ¿y la caterva de allegados al ex mandatario quintanarroense que tomaron parte lo mismo en el saqueo al estado, que en la colusión con narcos? ¿Nada? ¿O están a la espera de que llegue otro “amigo” para colarse nuevamente a la ubre gubernamental?