3.- El primer año de este trienio coincidiendo felizmente con el aniversario de los 500 años de la primera Misa en territorio nacional, queremos que sea eminentemente eucarístico, llevando como lema: “Celebrar la Eucaristía, una misión que nos toca a todos” y como tema a profundizar: “la Eucaristía fruto de la cruz”. Para fomentar el fervor y el estupor Eucarístico cada parroquia y cada decanato, así como la Prelatura programarán en torno al Programa de Pastoral 2017-2018 las iniciativas que lo favorezcan y acrecienten.
4.- En el segundo año posaremos nuestra mirada en la ternura del rostro de nuestra Santísima Madre de Guadalupe y también dejaremos que Ella nos mire siguiendo el ejemplo del Papa Francisco en su visita a la Villa de Guadalupe. Teniendo en el horizonte el aniversario de los 500 años del Acontecimiento Guadalupano acaecido el 12 de diciembre de 1531, con el lema: “el amor a María una misión que nos toca a todos” y como tema a profundizar “María, compañera de la Cruz” renovaremos nuestro amor a María Santísima, Estrella de la evangelización. Así mismo buscaremos profundizar en el mensaje guadalupano y aprender de ella la metodología de una evangelización inculturada y vivencial. Mirarla como madre y modelo de nuestra Iglesia y dejarnos mirar y consolar por ella.
5.- En el tercer año de estas celebraciones de nuestro aniversario tendremos el jubileo de la Misión Evangelizadora con el lema “Evangelizar, una misión que nos toca a todos” y el tema: “La cruz, fuente de la Misión” con ello buscamos crecer en el espíritu misionero. Consolidar todas las estructuras pastorales y potenciar la participación responsable y eficaz de los laicos en la labor pastoral en todas sus comisiones y dimensiones. Así mismo necesitamos consolidar la formación de los laicos misioneros a través del estudio y aplicación de las directrices de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Retomaremos el mensaje de Aparecida para renovar nuestra identidad de discípulos que han hecho un encuentro personal con Cristo que cambia la vida y los convierte en misioneros incansables. Queremos empuñar la Cruz como signo del Cristianismo. Queremos vivir estas celebraciones bajo el signo de la Cruz, recogiendo la rica herencia de religiosidad popular que nos dejaron los habitantes de esta tierra. Recoger, custodiar y transmitir esta rica herencia de fe y devoción, ahondando en su profundo significado teologal, espiritual y misionero.