Con el apoyo de la ciudadanía: sociedad y gobierno en trabajo conjunto demuestran que el Plan Municipal de Desarrollo es la herramienta para ordenar el municipio desde los diferentes sectores de la sociedad mancomunados con los servidores públicos para que el municipio funcione en beneficio de sus vecinos y de quienes lo visitan.
Juan Carrillo Soberanis, logró la fórmula exitosa para que el desarrollo municipal se concrete garantizando resultados más allá de su trienio. El munícipe cumple con mejorar la calidad de vida de Isla Mujeres bajo la premisa de las 3 E “entorno económico equilibrado”
Basta de discursos: a trabajar
El gobierno de Carlos Joaquín González vive desde los inicios de su mandato momentos críticos. Los focus group en los que se sustenta gran parte de las estrategias que le acercan sus asesores al ejecutivo, sólo han logrado una baja en la confianza al gobernador.
Los pocos resultados obtenidos en el primer semestre de gobierno, lo colocan ante la impronta de demostrar resultados rápidos para poder tener posibilidades en la elección de junio 2018.
La semana que pasó fue difícil para el mandatario por la seguidilla de crímenes que asola a Quintana Roo de norte a sur. En su mensaje en el acto de asunción de puesta en operaciones de la Policía Procesal y, el Sistema Estatal de Atención a Víctimas del Estado de Quintana Roo se percibió un gobernador preocupado y dubitativo.
Para colmo de males, la espiral y seguidillas de crímenes siguieron en Cancún y Chetumal este fin de semana dejando plasmado que el delito y el crimen organizado no se toma respiro.
Conociéndolo como lo conozco, percibo un gobernador enojado, con su rostro cansado, que luce molesto y que, responde con fastidio que trata de controlar, lo que no logra a las preguntas de los reporteros como en el caso del evento de la Policía Procesal. Carlos Joaquín tiene que buscar soluciones a la problemática que enfrenta su gestión.
Debe de poner su energía en los problemas por resolver: inseguridad y caída del turismo si no quiere que se pierde la próxima temporada estival.
El gobernador tiene un desgaste social que comienza a dudar de su autoridad lo que pone en jaque su liderazgo. Las actuales circunstancias exigen que sea un jefe más enérgico que obtenga resultados para lo que debe exigir voluntad y eficiencia a sus subordinados.
Los quintanarroenses confiamos en Carlos Joaquín, únicamente él tiene la autoridad delegada para enderezar el rumbo pero para hacerlo, debe dejar atrás estos seis meses de gestión sin resultados y, dejar de alimentar el fuego con el combustible de los errores de sus funcionarios.