Vaya que el gobernador Carlos Joaquín González ha decidido defender a costa de todo su decisión de nombrar a sus colaboradores, sin importarle que algunos de ellos sean rechazados y hasta insultados por la sociedad quintanarroense, en especial a través de redes sociales, como en el caso de su nuevo jefe de oficina, Miguel Ramón Martín Azueta.
En verdad que el mandatario y su colaborador debieron haber usado un traje de teflón para que se les resbalaran la serie de improperios, groserías, sapos y ranas emitidos por decenas o hasta cientos de personas que así expresaron su rechazo al nombramiento del ex alcalde de Solidaridad, envuelto siempre en una serie de deleznables situaciones en esta entidad.
El incluir a Miguel Ramón Martín Azueta en su gabinete no es, pues, lo que los quintanarroenses esperaban de un gobernador que insistió una y mil veces que combatiría la corrupción y los abusos.
“Si el gobernador ya lo perdonó, los quintanarroenses no”, decía una publicación en redes. Otra: “Carlos Joaquín, nos hubieras dicho quiénes conformarían tu gobierno para no votar por ti”. Una más: “Miguel Ramón, sólo le falta llamar a Gregorio Sánchez para entrar a Guatepeor”… Esas fueron sólo algunas de las publicaciones subidas a Facebook o a Twitter (hubo algunas peores).
El gobernador no puede hacer oídos sordos a este tipo de expresiones ganadas a pulso por este servidor público, quien durante años se ha visto envuelto en hechos bochornosos y deleznables que la ciudadanía no olvida.
Muchos aseguran que este puesto será momentáneo, es decir, “de aquí a que la vuelva a regar, a cometer otra de las suyas”. Lo malo es que Miguel Ramón ya no tiene nada qué perder, pero el gobierno sí…Y Quintana Roo, más.