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noviembre 25, 2024

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Candidatos buena onda

Llega la neurociencia, a la orden del marketing político; argumentan que se trata sólo de un instrumento para conocer las reacciones que tiene el electorado

Politica-(2)

 

Jazmín Ramos
CANCÚN Q. Roo.

El uso de las emociones en las campañas electorales, se han convertido en la herramienta perfecta para influir en la toma de decisiones de los votantes, por ello ahora se proyectan candidatos sensibles ante los sectores vulnerables, bonachones con los infantes, comprensivos al esfuerzo de los trabajadores, promotores de una sociedad no sexista y buena onda con la chaviza.

Esta tendencia tiene su origen en la aplicación de la neurociencia para el marketing político, la cual comenzó a incluirse hace unos doce años en México y tiene como objetivo analizar cómo reacciona la mente ante los mensajes políticos, además del nivel de conexión que tienen los candidatos con los votantes.
Al respecto director y fundador del grupo V-X-9, dedicado al estudio de la neurociencia, Victor Vargas Venga, explicó que actualmente en las campañas políticas se observan las reacciones emocionales de los votantes, como la alegría, el enojo, el miedo y la tristeza para crear los contenidos que se utilizarán en la propaganda política, con ello se busca estimular a los electores a emitir el sufragio por un determinado candidato.

“La neurociencia aplicada a la política se basa prácticamente en analizar que motiva al electorado a salir a votar y cuáles son los aspectos que influyen en los electores para conectar con los candidatos. Basado en esos resultados se establecen las campañas y obviamente también definirán la postura que deberá asumir el candidato entre el electorado”.
En ese sentido ejemplificó con los discursos, en donde se ha comprobado que el auditorio sólo capta un 7% del mensaje, por ello la idea es que los candidatos modifiquen la forma en que se dirigen a los ciudadanos, cambiar los roles establecidos, utilizar un leguaje distinto y ayudarse con la expresión corporal.

Asimismo, señaló que mediante las tendencias actuales del marketing político, los candidatos buscan convencer al electorado usando las emociones, dejando a tras los métodos tradicionales, pues como aspirantes es importante sacar de la apatía a la población, darles esperanza, transmitirles optimismo, hacerlos felices, ser solidarios y sobre todo dar confianza de que ellos puede detonar el cambio que esperan.

Comentó que, en esta forma de hacer campaña, es muy importante el uso de las nuevas tecnologías, ya en esas plataformas se crean contenidos específicos y se puede conocer de una forma interactiva el impacto que tiene el candidato con los votantes.

Por su parte el representante en México del Centro Latinoamericano de Estudios de Opinión (CLEO), Carlos Gordoa Palma, argumentó que el manejo de las emociones en las campañas electorales no es nada nuevo, sin embargo actualmente se aplican los avances tecnológicos para medir el impacto que tienen en el electorado un determinado mensaje e incluso estimar el nivel de conexión que posee un candidato con los votantes.

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Comentó que, basados en esa información las campañas puede modificarse y crear una estrategia que guste más al electorado, es decir organizar contenidos que muevan las emociones y los impulse a votar.

Argumentó que, el marketing político se auxilia de la neurociencia para saber cómo responde los ciudadanos en su intención al voto, la idea es influir en ellos para que decline por una determinada opción. Se buscan entonces entender el proceso de la toma de decisiones, conocer la reacción de las personas ante los diversos mensajes y así motivarlos para que emitan el sufragio.

Refirió que, por ello, las campañas actuales están plagadas de sentimentalismo: el candidato caminado en una colonia popular, jugando con los niños, platicando con un anciano, tocándole el vientre a una embarazada y saludando a un trabajador.

Gordoa Palma, dijo, que a esto se le suman los contenidos en redes sociales compartiendo imágenes, textos y audio de la vida cotidiana de los candidatos, de esta forma se busca humanizar a los aspirantes al puesto de elección popular. No obstante, el impacto se debe basar en la verdad, de lo contrario puede proyectar una personalidad falsa, obteniendo un resultado contario.

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