Ahora, cuando ya fue aprobado el llamado “paquete de impunidad”, la pregunta que inquieta a Quintana Roo es: ¿Qué sucederá en la entidad a partir del 25 de septiembre, un día después de que rinda protesta el nuevo gobernador, Carlos Joaquín González? ¿Comenzará una cacería de brujas en la entidad?
Y más aún: ¿Será que Roberto Borge entregue el poder como se acostumbra o se pelará del estado antes?
Hay muchos que apuestan por la segunda, aseguran que Borge ya no estará en la entidad cuando Carlos Joaquín levante el brazo para rendir protesta.
Pero no sólo Borge. Hay muchos que aseguran que Félix González Canto tampoco estará en Quintana Roo ni vendrá en mucho tiempo, al igual que gente como Juan Pablo Guillermo e incluso el recientemente nombrado fiscal Carlos Arturo Álvarez Escalera, quien podría tomar la mejor decisión de separarse del cargo que le fue conferido por un período de siete años, lo mismo que el auditor Javier Zetina González “Javicho”.
Estos últimos dos saben bien lo que es el poder y que cometerían un grave error si se trepan en su macho para esperar el vendaval, saben que no valdrá la pena quedarse en medio de la tormenta, en el ojo del huracán…
Y es que Carlos Joaquín no va a tomar el poder a medias, no va a ser un “poquito gobernador”, como lo pretende la actual legislatura quitándole atribuciones propias de mandatario constitucional.
Carlos Joaquín es un hombre de carácter y no va a dudar en actuar contra quien se ponga en medio y en hacer valer la decisión de la población que votó por él el 5 de junio pasado.
La violencia a nadie conviene. Lo mejor siempre será que esta transición se dé en calma, que en todo momento impere la cordura y se imponga el estado de Derecho.
