Vaya panorama que se avecina o mejor dicho ya lo tiene encima la empresa Teléfonos de México (Telmex) del magnate Carlos Slim y con él, también los más de 50 mil trabajadores pertenecientes al Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM).
Pero vamos por partes, y es que desde la llegada del Presidente Enrique Peña Nieto a Los Pinos, se han dejado venir una serie de reformas constitucionales, que lejos de aportar al país, ha venido a denigrar a miles o millones de mexicanos, llámense usuarios de algún servicio, trabajadores, amas de casa, empresas mexicanas, es decir el saldo en estas reformas estructurales han sido contraproducentes para la mayoría de los mexicanos.
Aquí algunos ejemplos:
La reforma energética permitió ingreso de capital privado en la exploración y explotación de los yacimientos de petróleo y por ende desmantelar a la paraestatal Pemex, la cual, según el gobierno es de los mexicanos, pero que ninguno tiene alguna acción o beneficio de la misma, al contrario ahí están los costos de la gasolina.
La reforma laboral puso el pie en el cuello de los trabajadores, sin derecho a huelga, a las contrataciones colectivas y menos a la sindicalización. México así se convirtió en un paraíso de mano de obra barata, ejemplo de esta reforma fue el despido de 45 mil trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas de un sólo golpe.
En cuanto a la que nos compete hoy en esta columna, la Reforma en Telecomunicaciones: el pasado 8 de marzo, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) ordeno a Telmex crear una unidad administrativa y de negocios independiente; en pocas palabras, Ifetel tiene el firme propósito de quebrar a la empresa de Carlos Slim, dicho incluso por el propio Francisco Hernández Juárez, dirigente nacional del STRM.
Desde julio de 2014 cuando Enrique Peña Nieto, promulgo las leyes en telecomunicaciones, al día siguiente, el Ifetel empieza aplicar las reglas asimétricas (sanciones) a Telmex por ser preponderante, es decir, el gobierno federal lanza su primer ataque y a la yugular a Teléfonos de México, curiosamente Televisa que ostenta el 90 por ciento de la televisión de paga no la considera preponderante.
A casi tres años de la promulgación de esta reforma, Telmex ha cumplido a carta cabal todos y cada uno de los requisitos que le impuso el Ifetel; sin embargo, y a pesar de que el mismo Instituto ha admitido y reconoce que la empresa de Slim Helu ha cumplido, lejos de autorizar una modificación en su título de concesión para poder otorgar también servicio de televisión, ahora le ordena la separación de la empresa, lo que detona también en un conflicto laboral entre empresa y sindicato.
A Telmex le ordenan no cobrar por servicio de interconexión, ni tampoco cobrar por la modalidad el que llama paga y menos poder ofrecer tarifas más baratas que la competencia, es inverosímil que una empresa como Telmex después de haber invertido en la infraestructura a lo largo y ancho del país, subsidie a sus competidores, que utilicen sin costo su infraestructura y aparte vendan siempre más caro que el propio Telmex bajo el auspicio del gobierno.
Sinceramente, el único fin de estos disparates del Ifetel es provocar el quiebre de Telmex, aunque a muchos no les agradará su servicio, pero reconocen la labor de la empresa en llevar el servicio a todos los rincones del país.
La reforma busca injerencia de nuevas trasnacionales en México como AT&T por citar la de mayor presencia luego de adquirir Nextel y Iusacell.
Aquí la pregunta es ¿qué sucederá con los trabajadores sindicalizados de telmex?
Francisco Hernández Juárez, ha señalado que la empresa podría dividiese en “plantilla interna y plantilla externa” y ahí podría la empresa aprovechar como excusa y someter las conquistas de los trabajadores sindicalizados.
Por lo pronto el STRM ya realiza movilizaciones a los largo y ancho del país para tener informados a sus agremiados que dicho sea de paso es uno de los pocos o el único sindicato “real” en el país , no es un sindicato blanco, sumiso o al servicio de algún partido político.
El STRM ha emplazado a huelga y exige que toda negociación de Telmex debe pasar por los trabajadores para poder defender sus derechos.
Así pues por una parte el gobierno de EPN busca por todos los medios tronar al emporio de Carlos Slim, atentando contra sus más de 50 mil trabajadores sindicalizados que no están dispuestos a sufrir el final que tuvieron los electricistas y aún más, están puestos a dar la batalla por la vía legal y pacífica para combatir los embates del Ifetel.
Mientras tanto, Telmex está entre la espada y la pared teniendo a la desvergonzada Ifetel y por otra parte al STRM que el hecho de ser su aliado no significa estar dispuesto a perder sus logros en materia laboral.
