En el Bachilleres Cancún II, en cada aula hay cañones y computadoras, una cancha de fútbol profesional, un domo, un espacio de danza con espejos, un auditorio con un sistema de luces y aula musical, laboratorios de idiomas, una biblioteca amplia con computadoras, además un pequeño transporte. ¿Usted tenía idea de ello?
Se entiende que los ingresos en Bachilleres Cancún II han sido utilizados honestamente, entonces se puede pensar entonces que si todas las escuelas del municipio reciben una cuota voluntaria por parte de los padres, ¿Por qué no todas las escuelas están al nivel del Colegio de Bachilleres? Es una vergüenza dar una vuelta y percatarse que hay muchas escuelas en estado deplorable, donde los mesa bancos son un sufrimiento, donde los colores utilizados están gastados y las paredes descarapeladas, donde no hay áreas verdes ni bancas adecuadas para que los chicos compartan su desayuno, donde aún hay pizarrones en mal estado, donde las TICS apenas se asoman en una o dos aulas.
La verdad es que el artículo Tercero tiene un error garrafal: la educación no es gratuita. El gobierno no se hace responsable al 100% de los planteles, pues no está dispuesto a invertir en educación y sí a cumplir con las especificaciones del FMI, quién restringe y presiona para que los gobiernos recorten los costos en educación, y aunado además a la corrupción existente en las esferas del poder, donde servidores públicos disponen de los erarios hasta convertirse en multimillonarios a costa de una ciudadanía poco interesada en lo político. Así que, estos factores hacen que las cuotas sean voluntariamente a fuerzas. ¿Sabe usted qué pasa con sus cuotas?
