El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, dio a conocer –por medio de la Secretaría de Turismo (Sedetur)- que habría un control de viajes al extranjero por parte de la administración que encabeza. Razón de ello es que el mandatario estatal no partió al World Travel Market de Londrés, Ingleterra.
En contraste, el ex gobernador Roberto Borge Angulo se “paseó” por el extranjero en cada oportunidad que tuvo; llevando consigo a una numerosa comitiva, en la que se incluían amigos y, en algunas ocasiones, a su muy cercana “amiga”, Gabriela Medrano.
Las recurrentes excursiones del ex Ejecutivo estatal a ferias de turismo y otros eventos diplomáticos fueron costeados con recursos del erario público, y aunque no se tiene por ahora una cifra exacta de cuánto gastó, diputados del PRD y PAN han exigido una auditoría para determinarse.
Pero Joaquín González tampoco quiere que Borge siga viajando (por lo menos, no por ahora), ya que realizó una petición el gobierno federal para que se emita una alerta migratoria que impida que éste se fugue sin afrontar las consecuencias de sus turbios manejos y la enorme deuda que dejó en el estado.
“Si no viajo yo, no viaja Borge”, piensa seguramente Carlos Joaquín.
Bien bajado ese balón, Anaya
El presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortés, manejó bien las acusaciones sobre la ostentosa vida que lleva su familia en Atlanta; lugar en donde residen.
El líder panista fue entrevistado por el periodista Carlos Loret de Mola, y retó a autoridades federales de Transparencia a investigarlo y proceder en su contra, de encontrar irregularidades.
A Anaya no le importó lo que dijeran y viajó ese mismo fin de semana a Atlanta. Días después pernoctó a las afueras del Palacio de Gobierno de Veracruz, junto a alcaldes inconformes por el desvío de recursos federales en ese estado.
