Uno de los pendientes que tiene el gobernador electo, Carlos Joaquín González, y que no podrá dejar de lado porque existe el firme compromiso de resolverlo, será el asunto de Aguakán.
Muchos, de hecho la enorme mayoría, exige que se cancele la concesión en el suministro de agua potable en Cancún, Isla Mujeres y Playa del Carmen, sin importar el acuerdo hecho con los gobiernos de Roberto Borge en el estado, de Mauricio Góngora en Playa del Carmen, así como la ampliación de tiempo con Paul Carrillo en Cancún y Agapito Magaña de Isla Mujeres, a cambio de mil 80 millones de pesos.
Dicen quienes están cerca de las bocinas que la gente de Joaquín González busca ya la forma de cancelar dicha concesión, e incluso no se descarta la posibilidad de “ahorcar” a Aguakán con la creación de empresas que compitan en la distribución del líquido, para después regresarlo a CAPA.
La fórmula no es sencilla, y se espera que Aguakan se defienda con artilugios legales para mantener esta concesión que, cabe decir, la gente ya no la tolera, empezando porque la empresa se da el lujo de violar la Constitución, al cortar el servicio a quien no le pague a tiempo, como si el agua fuera de su propiedad.
Pero además hay muchos que aducen que el cobro del líquido en estos municipios es muy alto, siendo que ha subido en porcentajes mucho más altos que la gasolina y la electricidad durante los últimos años.
Eso es lo que le ha dejado una utilidad neta anual a Aguakán de 158.4 millones de pesos, tan sólo en 2014, es decir, 51.7 superior al año anterior , luego de cumplir sus gastos como el pago de personal, mantenimiento de equipo, impuestos, gastos financieros y de administración, así como amortización de deuda.
Negocio redondo y moche seguro…Veremos