Es como cuando íbamos a llegar, ya faltaba poco, como un minuto, pero fue menos, como cinco…
Así de avergonzada me siento por haber confundido el apellido de la inefable, repudiada por muchos periodistas, Adriana Mezquita con una respetable colega que se llama Adriana Varillas, a quien leo cotidianamente.
Por un lado, la edad, que me preocupa. Aunque en realidad fue la mañana del domingo, que venía después del sábado, y del viernes y del jueves, todos habitados por unos gritos espeluznantes de mi madre que tiene 92 años y un infinito malestar quién sabe contra qué.
¿Cómo atenúas lo que no tiene razón? Y a eso agrégale los vecinos, que han de pensar que la torturo.
Mi madre comienza su día con gritos. Pueden ser de insultos a la enfermera de turno o, simplemente, a la vida. Se queja lastimosamente entre estas expresiones. No le duele nada. Para su edad, para lo que corresponde está en perfecto estado físico, con el exacto deterioro de sus capacidades.
¿Cómo escribes, piensas, trabajas, en medio de esto? Mañana de domingo en que debes apurarte porque, además, no hay quien ayude con la limpieza de la casa, el desayuno, la comida, lo demás…
Agobio, angustia, desazón que no tiene salida porque mi madre seguirá gritando a conveniencia. Sin que podamos hallar un punto de encuentro silencioso. Toda esta realidad se metió en mi confusión de apellidos. Yo que no lo hago, que no lo he hecho por muchos años en este oficio.
La columna era sobre el impacto, brutal, tremendo de enterarme, otros muchos supongo que también, de que Remberto Estrada ha gastado en este año un presupuesto de prensa, imagen, difusión como quiera llamarse, de 120 millones de pesos.
Esto a través de una jefa de prensa llamada Adriana Mezquita que no cumple, en lo absoluto, con sus obligaciones. Que comienzan con proporcionar información.
¿A quiénes, por qué razones, decidieron tanto Remberto como Adriana Mezquita dar, regalar este dinero? Justo cuando los problemas de violencia, de ejecuciones, de inseguridad en Cancún han provocado cancelaciones en las reservaciones de cuartos para este diciembre.
Con toda razón quiere Greg Sánchez, como regidor del ayuntamiento de Benito Juárez, reducir este presupuesto y aumentar el de seguridad.
Nos salvaríamos, además, de tener su idéntica cara con sonrisa de aeromoza indigestada en todas las páginas de los diarios locales.
¿En qué momento se atravesó Adriana Varillas en esto? Fue un lapsus mental imperdonable, porque en nada se relaciona con la señorita jefa de prensa de Benito Juárez, tan abominada por tantos.
Lo único que resta decir, es que ya va a terminar el sexenio de los equívocos, ya falta poco, como dos meses, perdón menos, como un año…
