El domingo pasado, lo que vivió Nochixtlan, Oaxaca fue realmente algo brutal, algo que no tiene nombre; hechos de violencia que realmente lamento mucho se hayan llevado a cabo; pues esta terrible tragedia, dejó a más de cien heridos y un aproximado de diez personas fallecidas, entre ellas un menor de edad que apenas se encontraba estudiando la secundaria.
La acción policiaca es reprobable y debe ser castigada de manera severa, considero que deben separar de su cargo y encarcelar a los mandos que ordenaron y dispararon armas de fuego contra la población que protestaba contra la reforma educativa aquel domingo; porque no obstante con los actos violentos realizados por parte de la Policía Federal, se escudaban en decir que algunos de los muertos no eran maestros, sino infiltrados; entonces qué nos dan a entender, que la vida de los demás civiles ¿no valía porque no se trataba de un profesor?;esta es una muestra más de que definitivamente las autoridades no conciben que el pueblo se volqué en apoyo a sus maestros.
Hoy por hoy la ciudadanía está más que unida, el pueblo está cansado de un gobierno violento que pisotea los derechos humanos y es por eso que sale a las calles a defender la justicia, a buscar que se les garantice una educación de calidad y equidad para sus hijos; la sociedad mexicana reconoce y valora la gran labor del magisterio nacional en beneficio del desarrollo de nuestro país; pues México necesita conseguir una educación incluyente, con igualdad de oportunidades para todos, con mayores recursos para las zonas más pobres de México; crecimiento económico sostenible, necesita abatir la pobreza así como alcanzar un desarrollo integral.
El Partido de la Revolución Democrática al cual pertenezco, hace un llamado a las autoridades federales para cesar la violencia y atender los protocolos de Derechos Humanos para el control del desbordamiento de manifestaciones; además exigimos que la Secretaría de Gobernación abra el diálogo correspondiente con los profesores, a fin de encontrar una salida a este conflicto que lacera la gobernabilidad tanto en el estado como en el resto del país y que vulnerabiliza a la población civil más allá de sus filiaciones políticas y sindicales.
Lamento y condeno estos actos de violencia; me solidarizo con las familias de las víctimas y deseo que el Gobierno Federal de pronto la cara, pero sobre todo, que de pronto una solución pacífica a la petición de este magisterios, que sólo busca garantizar una educación de calidad para sus alumnos.