Roberto Lemus / Grupo Cantón
A pesar de generar una derrama económica significativa, la desigualdad persiste entre los trabajadores que sostienen la industria turística y los beneficios que reciben.
TULUM. Un estudio de la Universidad del Caribe reveló que en Tulum, el 11% de los trabajadores hoteleros no están afiliados al IMSS, el 47% carece de horario fijo y el 35% no recibe pago por horas extra.
Además, el 60% solo percibe su salario base, sin prestaciones adicionales, lo que confirma la precariedad laboral sistemática en la industria turística del norte de Quintana Roo.
A pesar de las tarifas elevadas en los hoteles de lujo, muchos trabajadores operan sin contrato formal, seguro médico ni prestaciones como aguinaldo o utilidades.
En varios casos, los pagos se hacen en efectivo y sin comprobantes.
La CROC denuncia que se emplea con el salario mínimo y sin ningún derecho garantizado.
Trabajadores como cocineros, camaristas y meseros enfrentan largas jornadas con sueldos que apenas cubren lo básico.
Algunos relatan accidentes laborales sin apoyo de sus empleadores, obligados a costear atención médica de su bolsillo.
Muchos aceptan contratos cortos para evitar acumulación de antigüedad o son empleados vía outsourcing.
Aunque Tulum generó más de 25 mil millones de pesos en derrama económica en 2024, los trabajadores siguen viviendo con ingresos mínimos.
La mayoría no tiene acceso a vivienda, ahorro para el retiro ni servicios de salud.
La riqueza del turismo contrasta con la precariedad de quienes lo hacen posible.
La falta de inspecciones y la permisividad de autoridades han normalizado la informalidad.
Hoteles con certificaciones internacionales emplean mano de obra sin derechos, rotan personal para evitar responsabilidades y pagan en efectivo sin seguridad social ni protección legal.
La CROC exige operativos de inspección con el IMSS, la STPS y el SAT para frenar los abusos. Considera que el modelo turístico de lujo se sostiene a costa de explotar a los trabajadores.
Advierten que si no se corrigen estas prácticas, el “paraíso” que se promueve globalmente será insostenible para quienes viven y trabajan en él.