Roberto Lemus / Grupo Cantón.
El cierre de pequeños comerciantes, no obedece a una crisis económica general, sino a la incapacidad de algunos giros para ajustarse a un mercado turístico más exigente.
TULUM.— La saturación de ciertos giros comerciales, como pequeños restaurantes y tiendas de ropa genérica, ha sido uno de los factores determinantes en el cierre reciente de varios negocios en el centro de Tulum. De acuerdo con líderes empresariales, esta situación no refleja una crisis generalizada, sino una falta de adaptación ante un mercado turístico más exigente y competitivo.
Julio Sacramento, presidente de la Alianza Empresarial de Tulum A.C., sostuvo que muchos de los comercios afectados no han logrado diferenciarse ni responder a las nuevas demandas del visitante. “Hay negocios que están vendiendo muy bien y para los que este momento es incluso favorable. Otros no han logrado ajustarse a lo que hoy busca el turista que llega a Tulum”, apuntó.
El dirigente explicó que el perfil del visitante también ha cambiado: se trata de turistas con mayor experiencia, mejor informados y con expectativas más altas. “Muchos no regresan por experiencias negativas, desde el trato recibido hasta problemas con los servicios públicos”, señaló.
A pesar del panorama, Sacramento aclaró que la economía local sigue activa. La apertura de nuevos desarrollos inmobiliarios, la operación del Aeropuerto Internacional y el movimiento constante en la zona hotelera demuestran que Tulum continúa siendo un destino turístico relevante, aunque con menor volumen que en años anteriores.
“Tulum ya no vive el boom de hace cinco años, pero sigue siendo un lugar atractivo. El reto es reinventarse, ofrecer experiencias auténticas y elevar los estándares de calidad”, afirmó el empresario, al tiempo que llamó al gremio comercial a replantear sus estrategias.
Si bien reconoció que existen factores externos que afectan el rendimiento de los negocios —como la inseguridad, los problemas de movilidad y las deficiencias en servicios públicos—, insistió en la necesidad de una autocrítica. “Debemos preguntarnos qué estamos haciendo mal, cómo tratamos al cliente, cómo nos promocionamos. En un destino tan competido, no basta con abrir las puertas: hay que ofrecer algo distinto y de calidad”, concluyó.
