Roberto Lemus / Grupo Cantón
En las ultimas semanas las ventas de helados y paletas frescas aumentaron entre un 20% y un 30%
TULUM.— Las intensas olas de calor que se han registrado esta primavera en el municipio han incrementado considerablemente el consumo de productos refrigerados, generando un repunte en las ventas para heladerías, franquicias y vendedores ambulantes, en medio de una temporada baja que suele afectar al comercio local.
Manuel Torres, encargado de la heladería “La Michoacana”, señaló que en las últimas semanas han experimentado un aumento de entre 20 y 30 por ciento en la venta de helados, paletas y aguas frescas.
“Estamos pendientes del clima todos los días, y cuando vemos que sube a más de 38 o 39 grados, sabemos que va a ser un día fuerte de ventas. La gente busca refrescarse como sea”, afirmó.
Precisó que el horario con mayor afluencia va de las 11 de la mañana a las 7 de la tarde, y aunque reconoció que la afluencia turística ha disminuido, destacó que los estudiantes locales representan actualmente la mayor parte de su clientela.
Una tendencia similar se observa en heladerías del centro de Tulum. Graciela, trabajadora del establecimiento “Aldo’s”, comentó que, pese a la temporada baja, el flujo de turistas nacionales y extranjeros ha sido constante, y muchos llegan buscando un helado apenas pisan el centro. “Muchos visitantes nos dicen que aquí el calor es mucho más fuerte que en sus ciudades, y se sorprenden. Por eso buscan algo frío apenas llegan”, relató.
El beneficio económico también ha alcanzado a los vendedores ambulantes. Andrés Uicab, quien recorre las colonias con su carrito de granizados, aseguró que el calor ha modificado los hábitos de consumo. “Con este calor, la gente sale más de sus casas solo para buscar algo frío. Me los encuentro afuera, esperando que pase el carrito”, comentó.
Subrayó que niños y adolescentes que aún asisten a clases son parte esencial de sus ventas, ya que al salir de la escuela buscan productos que les ayuden a mitigar el bochorno.
Los comerciantes coinciden en que, si bien las altas temperaturas representan un reto para la población, también han reactivado el consumo de productos fríos, convirtiéndolos en una necesidad básica. Para el comercio local, el calor ha dejado de ser solo una molestia: se ha transformado en una ventana de oportunidad para sostener sus ingresos en medio de la baja afluencia turística.