Roberto Lemus / Grupo Cantón
La propuesta surge como respuesta a la drástica caída en la ocupación hotelera y la baja afluencia de comensales en restaurantes
TULUM.— La severa crisis que atraviesa el sector turístico de Tulum, derivada del recale masivo de sargazo y una temporada baja sin precedentes, ha detonado una solicitud urgente: empresarios hoteleros piden al gobierno federal abrir sin costo las playas del Parque Nacional del Jaguar (PNJ).
La propuesta surge como respuesta a la drástica caída en la ocupación hotelera y la baja afluencia de comensales en restaurantes, pero también expone una problemática estructural: la privatización progresiva del acceso al mar.
El volumen de sargazo que ha llegado a las costas de Tulum se ha duplicado respecto al año anterior, lo que ha generado una imagen desfavorable del destino en redes sociales y medios internacionales.
Este fenómeno natural, sumado a un modelo turístico excluyente, ha vaciado los principales corredores hoteleros del municipio.
Antonio Paparela, empresario con una década de trayectoria en el sector, no dudó en calificar el momento como “el punto más bajo” de la historia reciente de Tulum.
En su opinión, la apertura gratuita del PNJ no solo sería una medida emergente para atraer visitantes nacionales, sino un llamado a replantear la forma en que el destino ha sido administrado.
“¿Cómo puede sostenerse un destino de playa si la gente no puede llegar libremente a la playa?”, cuestionó.
Durante años, el turismo familiar ese que viajaba con hielera y sombrilla en mano fue desplazado de Tulum.
La proliferación de desarrollos hoteleros y la restricción paulatina de accesos libres al mar han favorecido un modelo de exclusividad que hoy, ante la crisis, evidencia sus límites.
La propuesta para liberar el acceso a las playas del PNJ ya fue respaldada por autoridades ambientales y por el propio Cabildo de Tulum, que ha canalizado la solicitud a la Federación.
Sin embargo, el avance depende ahora de la voluntad política del gobierno federal.
Mientras tanto, empresarios, trabajadores y prestadores de servicios coinciden en que el tiempo apremia.
Si no se toman decisiones efectivas y de corto plazo, las pérdidas económicas podrían ser irreversibles para cientos de familias que dependen del turismo.
Más allá del sargazo, lo que está en juego es la viabilidad del modelo turístico de Tulum.
La posible apertura del Parque Nacional del Jaguar podría marcar un punto de inflexión: no solo como medida de emergencia, sino como el primer paso hacia un turismo más equitativo, incluyente y resiliente.