Roberto Lemus / Grupo Cantón
El impacto económico sea devastador para decenas de familias que dependen directamente de la actividad turística.
TULUM.— Comerciantes establecidos en el acceso tradicional a la Zona Arqueológica de Tulum han expresado su creciente preocupación ante la notable disminución del flujo turístico en la zona, lo que pone en riesgo la continuidad de negocios con décadas de historia.
Temen que, de mantenerse esta tendencia, el impacto económico sea devastador para decenas de familias que dependen directamente de la actividad turística.
Gerardo Méndez, encargado de Arventur Bikers Tulum —uno de los establecimientos con más años operando en el lugar— reportó que el arranque de esta temporada ha sido considerablemente más débil en comparación con años anteriores.
“Esta temporada inició muy por debajo de lo que registrábamos antes. Estamos viendo una caída notable en la llegada de visitantes”, declaró.
Entre las causas señaladas por los comerciantes está la implementación de nuevos cobros para acceder tanto a la zona arqueológica como a las playas ubicadas dentro del Parque Nacional del Jaguar.
“Ahora se cobra entrada no solo a la zona arqueológica, sino también para ingresar a las playas. Esto desanima a muchos visitantes, sobre todo a los que vienen con presupuestos limitados”, explicó Méndez.
Los comerciantes advierten que esta política podría estar redirigiendo el turismo hacia otras zonas del estado o incluso hacia otros destinos del país, afectando la imagen y la accesibilidad de Tulum como destino histórico y cultural.
“Nos preocupa que el flujo turístico se esté redirigiendo a otras áreas. Si no se actúa pronto, esta zona podría apagarse”, añadió.
Ante este escenario, hicieron un llamado urgente a las autoridades del Parque del Jaguar y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para establecer un diálogo abierto que permita encontrar un equilibrio entre la conservación del patrimonio natural y arqueológico, y la viabilidad económica de quienes han impulsado el turismo en la región por generaciones.
En tanto, el ambiente en el acceso tradicional a la ciudad amurallada se ha tornado incierto.
Aunque los comercios continúan operando, la sensación es de preocupación ante un futuro incierto que amenaza con el cierre definitivo de establecimientos históricos si no se toman medidas que fomenten nuevamente la llegada de visitantes.