Roberto Lemus / Grupo Cantón
TULUM.— La prolongada temporada baja que se ha extendido a lo largo de 2025 mantiene en crisis a la zona costera y arqueológica de Tulum, con efectos severos en restaurantes, comercios y locatarios.
Ni siquiera los periodos vacacionales de Semana Santa y verano lograron ofrecer el repunte esperado, lo que ha dejado a empresarios y trabajadores en una situación económica complicada.
Antonio Cerveza, encargado del restaurante La Conde, ubicado en la zona costera, calificó el panorama como “deplorable” desde el mes de febrero hasta la fecha.
Explicó que, ante la escasa afluencia de visitantes, se han visto obligados a aplicar descuentos y promociones especiales para atraer a clientes, además de implementar medidas internas para sostener al personal.
“Lo que hoy se ve es complicado. Nos vemos en la necesidad de bajar a precios históricos, y además los compañeros tienen que descansar más días a la semana para poder pagar la nómina y no despedirlos”, señaló. El empresario indicó que también han recurrido a los llamados “días solidarios”, descansos sin goce de sueldo, como alternativa para evitar despidos masivos.
En la zona arqueológica, la situación es similar. El cambio en los accesos a playas y al Parque Nacional del Jaguar, ahora bajo la administración de Grupo Mundo Maya, ha generado una drástica caída en el flujo de visitantes.
El incremento en las tarifas de ingreso figura entre los factores más señalados como detonante del desplome turístico.
Manuel Rodríguez, vendedor de artesanías en el área, advirtió que esta es “la peor crisis de la historia” para los locatarios. Según explicó, alrededor del 50% de los locales han cerrado en los últimos meses.
“Se puede ver que hay cada vez más locales cerrados porque no fluye el turismo, no hay para la renta que en esta zona es de al menos unos 12 mil pesos mensuales”, denunció.
Rodríguez hizo un llamado a las autoridades para reconsiderar las condiciones de acceso a playas y ruinas, al sostener que las tarifas actuales están alejando tanto a turistas nacionales como extranjeros.
Con un panorama incierto y sin signos claros de recuperación, la comunidad empresarial advierte que, de no tomarse medidas inmediatas, la crisis podría extenderse más allá del sector turístico y generar un impacto estructural en la economía regional.