REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN
TULUM / CANCÚN.- Después de un atentado fallido en su contra, Jorge Alberto Portilla Manica, renuncia al cargo que tenía en el ayuntamiento de Tulum como director de Ordenamiento Ambiental Urbano y Cambio Climático.
Su salida no cambia en nada el caos que se vive en ese paradisiaco municipio.
De hecho, se va Portilla después de que las primeras investigaciones de la Fiscalía General del Estado (FGJ) confirmaron que la intención de los sicarios, era ejecutar a Portilla Manica el día en que festejaba su cumpleaños.
La investigación contempla las pugnas que tienen por terrenos de alta plusvalía con otros funcionarios, con extorsionadores y hasta los problemas con integrantes del crimen organizado que por lo menos en dos ocasiones lo han amenazado con narcomantas.
El cargo que tenía en el ayuntamiento, era importante para él y sus negocios.
Lo obtuvo, según sus propias palabras, porque fue él quien financió la campaña para que llegara a la presidencia municipal Víctor Mas.
Por eso no se hizo caso a los que señalaron el conflicto de intereses al tener ese puesto municipal, ya que Portilla Manica estaba dedicado a la venta de predios de alta plusvalía en el municipio, compartiendo negocios con el presidente municipal, Víctor Mas Tah.
Y el ex funcionario municipal, Portilla Manica, originario de Tabasco, tiene posesión de 20 terrenos, 3 edificios, una bodega y un local comercial.
Eso sin contar, según su declaración patrimonial, que su esposa tiene otros 19 bienes inmuebles, entre terrenos, casas y edificios, así como 16 cuentas bancarias o de inversión.
Reporta también que es accionistas en 12 empresas del sector inmobiliario, de materiales y turístico.
Todo parecía ir viento en popa, pero entre los mismos grupos que dominan el negocio, empezaron a presentarse diferencias.
Fue con un predio con el que han tenido complicaciones es el de San Francisco, que tiene 17 kilómetros de litoral, más de 217 hectáreas y un precio de actual de más de cuatro mil millones de pesos.
En la compra, una parte de la propiedad de Pablo Kinil quedó a nombre de Maximiliano Romero Sierra, otra a Víctor Mas Tah (actual presidente municipal) y otra parte al hotel Solimán.
Los tiburones inmobiliarios han convertido esas tierras propiedad de Maximiliano, en su obsesión.
Este grupo está compuesto por el presidente municipal de Tulum, el gobernador del Estado, Carlos Joaquín Gonzáles y varios grupos encabezados por Eugenio Gómez Lemus y un brasileño de nombre Rogerio Dos Santos.
La historia se remonta a varios años. Ya habían buscado por varias formas hacerse con esas tierras, y finalmente con la complicidad del titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, encabezada por Román Meyer Falcón, lograron poner al policía locuaz, Juvenal Reyes Marrufo, como dueño “legítimo” de esas tierras.
Aunque sigue el juicio por estas tierras, el efecto de casi tenerlas, ha empezado a provocar disputas entre los tiburones inmobiliarios, con la idea de que cada grupo quiere quedarse con una buena tajada de terreno.
Esa puede ser una de las causas de tanta disputa en grupos que sin ser homogéneos compartían un espacio para realizar sus propias fechorías.
El otro problema, es que en el paradisiaco municipio de Tulum, Victor Mas no puede frenar el aumento de ejecuciones.
Encabeza a nivel nacional la violencia homicida.
Es el de mayor letalidad per cápita en México, seguido de otros cuatro municipios quintanarroenses que brillan en el caos nacional: Solidaridad (Playa del Carmen) y en el quinto sitio está Benito Juárez (Cancún) y Puerto Morelos, de acuerdo con un estudio de Carlos Barrachina Lisón, catedrático e investigador especializado en temas de defensa y seguridad.
Hace meses, el reportero Héctor Valdez, hizo la denuncia en la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, acerca de la terrible violencia que vive y las constantes agresiones a los que denuncian a estos grupos poderosos, ligados a policías locales y grupos del crimen organizado.
Expuso que la policía estatal y la municipal, tienen centros de detención clandestina y protege a policías violadores. Y colocó a Tulum en el ojo del huracán al denunciar que el secretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, Alberto Capella, insistió, es cómplice de los actos de violencia contra periodistas.