LÁZARO CÁRDENAS, Quintana Roo.- La venta de carne en las calles es un problema que las autoridades de salud no pueden controlar en la alcaldía de Ignacio Zaragoza, donde incluso los sacrificios de los animales se llevan a cabo en predios particulares, representando una amenaza para la salud, dieron a conocer vecinos de esta comunidad.
Las comunidades de Lázaro Cárdenas no cuentan con rastro para hacer lo propio en cuanto al tema de los sacrificios de animales, incluso los carniceros trabajan en predios particulares, mientras que en Kantunilkin apenas se está adecuando el antiguo ex Rastro Municipal.
CUIDAR LA HIGIENE
Ante este tipo de carencia, la mayoría de los carniceros tratan de cumplir con las normas de higiene, aunque otros aprovechan para sacrificar sus animales y vender en las calles su producto, sin tomar en cuenta el tema de la higiene, provocando malestar entre la ciudadanía que pide la intervención de la Jurisdiccion Sanitaria número 2.
Por otro lado, en Kantunilkin, la venta de carne de cerdo se desploma y los carniceros tienen que lidiar con el incremento del precio del animal en pie; tratan de absorber dichos costos, pero el pago del local y la energía eléctrica, entre otros gastos, les deja sólo para que cubran parte de sus necesidades más elementales.
Los tiempos han cambiado, el constante incremento en el precio de los energéticos y servicios afectan directamente esta actividad económica.
“Los años en que uno se hacía de dinero en esta actividad han pasado, ahora sólo permite obtener ganancias para cubrir nuestras necesidades más elementales, señalan los carniceros que prevén otro golpe en las próximas fechas tras el incremento en el precio de la gasolina”, dijo la fuente, que prefirió guardar el anonimato.
El kilo de carne de cerdo tripulada cuesta 110 pesos, mientras que el de chicharrón surtido es comercializada a 160 pesos y los especiales, 180 pesos; derivados como la manteca, 35 pesos y la tira de longaniza, seis pesos. Luis Mendez/QUINTANA ROO HOY