MANUEL CHAN UICAB / Grupo Cantón
La falta de lluvias regulares según el calendario agrícola está afectando los cultivos en Quintana Roo, aumentando el riesgo de inseguridad alimentaria entre las comunidades.
FELIPE CARRILLO PUERTO.- La crisis por el agua ha llegado a las comunidades campesinas, los cultivos dependen de la temporada de lluvia, pero los tiempos han cambiado, ahora no llueve en los días registrados en el calendario agrícola, lo cual repercute en la pérdida de la cosecha causando que cada día haya menos campesinos poniendo en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria.
“La solución a este problema es perforar pozos e implementar sistemas de riego, para la diferentes necesidades de los campesinos” mencionó Filemón Dzib Nahuat, campesino de Tihosuco.
El problema se agudiza en las comunidades rurales ya que existen familias que aún toman agua entubada debido a los costos del agua purificada que han aumentado drásticamente.
“Yo prefiero llenar mi garrafón cuando voy a la ciudad de Felipe Carrillo Puerto, en los despachadores automáticos están en 10 pesos”, mencionó Don Edilberto Beh Chuc de la comunidad de Tabi.
Mencionó vía telefónica que el precio del garrafón de agua en la empresa más conocida está en 40 pesos, mientras que en las plantas purificadoras se adquiere en 17 y 20 pesos, por ello prefiere llevar sus garrafones cuando sale a la ciudad, condición que no todas las familias rurales tienen.
Según el sector salud tomar agua entubada representa un alto riesgo de morbilidad por enfermedades gastrointestinales, dermatológicas y respiratorias.
En la ciudad, en la cabecera municipal de Felipe Carrillo Puerto la mayoría de las más de 15 colonias padecen a diario por la falta de presión causando que el agua llegue de gota en gota mientras que en otros días, mina’an ja’ dice en lengua maya Doña Martina de la colonia Leona Vicario.
De acuerdo con Don Manuel de la colonia Constituyentes la solución a este problema por la falta de presión del agua es adaptarle una bomba al sistema de agua potable y una cisterna, sin embargo por el costo muchas familias no tienen la posibilidad y no queda más que padecer durante los días sin agua.
En la ciudad, el crecimiento poblacional requiere de mayor presión o ampliación del servicio de agua potable a cargo de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado, quienes mediante pipas atienden la escasez sin darse abasto.
La escasez del agua en todo el mundo es un grave problema, pero en la Península de Yucatán, se expresa de formas particulares.
“El crecimiento desbocado de las ciudades y de la industria turística, así como el acaparamiento de tierras y aguas que está haciendo la agricultura y ganadería industrial para satisfacer las demandas del gran turismo y de las ciudades, no solo están agotando las reservas de este vital recurso, sino que le están contaminando”, mencionó Omar Martínez de la asociación civil Uyóolche’.
En este contexto, se refleja el contraste de los medios de vida comunitaria con la ciudad ante la crisis por el agua, para el consumo, para la agricultura, la ganadería entre otras actividades.
Entorno a la milpa, técnica de agricultura basada en el policultivo cuyo elemento principal es el maíz, acompañado por otros cultivos como la calabaza, el frijol, el chile y otros está en una crisis evidente.
En algunas zonas de la península de Yucatán han realizado la ceremonia de petición de lluvia Ch’a’ Ch’aak sin embargo está por concluir el mes de mayo y no ha llovido, cuando es considerado un mes lluvioso.
“La mayoría ya realizó sus quemas agrícolas, solamente estamos esperando a que llueva”, mencionó Don Victoriano de la comunidad de Andrés Quintana Roo.
Las campesinas y los campesinos son quienes primero sienten los efectos del calentamiento global.
Las lluvias ya no llegan cuando deberían, y cuando llegan, a veces caen con una fuerza que arrasa con todo.
Las sequías se alargan, los huracanes son cada vez más intensos y frecuentes, y todo esto golpea directamente las milpas, solares y formas de vida.
“El cambio climático no es una amenaza lejana: está aquí, y lo vivimos en cada cosecha, en cada semilla que no germina, en el suelo que ya no da como antes. Las prácticas agrícolas que por generaciones nos han alimentado hoy se ven vulneradas por fenómenos fuera de nuestro control”, mencionó Alma Balam durante los análisis de los retos de las semillas nativas.