COZUMEL, Quintana Roo.- La inconciencia de los ciudadanos, sumado a la falta de acciones del gobierno para aplicar los reglamentos, han convertido a más de la mitad de las colonias de Cozumel en basureros, donde sus propios habitantes dejan desde desperdicios orgánicos, hasta muebles, colchones, televisores, refrigeradores, lavadoras, entre otros.
La práctica de utilizar lotes baldíos como basureros clandestinos se hace presente en colonias como la Centro, Diez de Abril, Emiliano Zapata y Magisterio, por mencionar algunas.
El problema de la basura en la isla ha ido también al alza en las zonas urbanas, donde talleres mecánicos, de electrónicos, inclusive tiendas departamentales y gente en general, utilizan estos lotes para tirar sus desperdicios.
Ante ello, también ha afectado la opacidad de las autoridades de varias administraciones municipales en Cozumel, al no aplicar los reglamentos correspondientes, lo que crea un problema de contaminación y de salud pública.
Daño, más allá de lo visible
El biólogo Rafael Chacón, director de conservación de la FPMC, mencionó que “no nos ha caído el veinte de que estamos acabando y contaminando los recursos de la isla”, al dejar televisiones o electrodomésticos con las lluvias, humedad, calor y distintos factores, hacen que sus componentes metálicos generen algunos ácidos, los cuales matan toda vegetación a su alrededor y se filtran en el subsuelo calizo, llegando a los mantos acuíferos que es el agua que consume la población.
Cabe destacar que el reglamento de ecología municipal contempla que las personas que sean sorprendidas tirando basura en lugares no estipulados, estarán sujetas a una pena corporal (cárcel de 12 a 36 horas) y sanciones que van desde los 10, a mil días de salario mínimo vigentes.
En tanto que en el reglamento de desarrollo urbano existe una disposición que estos terrenos baldíos tienen que estar cerrados y limpios, aunque en la primera se marca que se les debe de enviar exhortos a los propietarios, mas no se les pueden obligar.
Cementerio de animales
Otro problema que se ha suscitado a raíz de esta práctica, es el de la acumulación de restos de animales muertos, mismos que son depositados por la propia ciudadanía. Ello, además de provocar olores desagradables, convierte estos lugares en focos de infección que atraen fauna nociva.
Nido de mosquitos
De igual manera, a esta problemática se suman los desechos plásticos que –cuando llueve- se convierten en receptores de agua y reproductores del mosquito Aedes aegypti; principal trasmisor del virus del Dengue, Chikungunya y Zika. (Alberto Tejero / QUINTANA ROO HOY)
