Jazmín Ramos / GRUPO CANTÓN
(REPORTAJE)
CANCÚN.- La contaminación del manto freático en Quintana Roo por el inadecuado manejo de los vertidos negros, la expansión de los desarrollos turísticos y el avance de la mancha urbana está generando una grave presión en los ecosistemas y una mala calidad del agua potable, que, de no atenderse, provocará daños irreversibles, advirtieron especialistas, investigadores y ambientalistas.
Es más, un estudio financiado por el propio Ayuntamiento de Benito Juárez en el 2021 que realizó AyMA Ingeniería reveló los graves problemas de contaminación en los cuerpos lagunares, aguas subterráneas y zonas costeras, que si se siguen ignorando podrían incluso afectar los colores del mar.
Aunado al impacto ambiental por el exceso de los nutrientes en el manto freático, también hay focos rojos del agua para el consumo urbano y en la actividad comercial, la cual no solo es de mala calidad, sino que es cuatro veces más cara que en otros estados del país.
Al respecto, Alejandro López Tamayo, representante de Centinelas del Agua A.C., urgió la necesidad de generar políticas públicas que permitan mitigar la contaminación del vital líquido, así como preservar el sistema arrecife mesoamericano ante la gran presión que enfrenta por el exceso de nutrientes.
Comentó que se han realizado monitoreos sobre la calidad del agua que arrojan datos alarmantes por el inadecuado manejo de los vertidos negros y todo lo que implica el desordenado avance de la mancha urbana, dado que no se ha respetado el Plan de Desarrollo Urbano (PDU), al grado que ha tenido que alejar la zona de captación para la distribución, encareciendo el servicio.
Refirió que hay un rezago importante en colonias que no están conectadas al drenaje, además de los asentamientos irregulares, lo cual suma a la contaminación del agua subterránea, de modo que es vital que los gobiernos apliquen medidas a efecto de contrarrestar el impacto a través de políticas públicas que incluyan tecnologías para el tratamiento del agua y saneamiento.
En cuanto a las empresas, dijo que tienen el reto de mejorar sus plantas de tratamiento analizando el costo-beneficio, pues se requiere quitar la presión que hay sobre el exceso de nutrientes en el manto freático.
Además, se debe plantear la necesidad de aprovechar la captación del agua de lluvia a nivel industrial, lo cual no solo impactaría de forma positiva en el sector hotelero y comercial, ya que se está en una zona privilegiada en cuanto a las precipitaciones pluviales.
“Podemos llegar a tener hasta más de mil 200 milímetros de lluvia anual. Esto nos permitiría una recuperación en la captación del agua que no se está aprovechando; con ello se disminuiría la carga al acuífero por la extracción de agua”.
Consideró que hay varias áreas de oportunidad en Quintana Roo con relación al tratamiento de las aguas residuales, la extracción del agua y en mejorar la calidad del vital líquido para el consumo urbano y comercial, las cuales deben atenderse a la brevedad posible, pues la contaminación sigue avanzando.
Cabe señalar que un estudio referente a la disponibilidad del acuífero de la Península de Yucatán que dio a conocer esta organización refiere que la disponibilidad del acuífero de la Península de Yucatán era de 5 mil millones de metros cúbicos en el 2015, la cual se redujo a 2 mil millones de metros cúbicos de agua, de ahí la importancia de crear políticas públicas que permitan no solo mitigar la contaminación, sino también impulsar las tecnologías para el uso adecuado y sustentable del agua.
Las advertencias con relación a la contaminación del manto freático las han realizado desde hace varios años activistas y ambientalistas de la organización Derecho a un Medio Ambiente Sano (DMAS), quienes incluso han promovido un litigio por irregularidades de un desarrollo inmobiliario en la Riviera Maya.
En varias ocasiones, este colectivo ha señalado la permisividad de las autoridades por no aplicar las leyes ambientales y violentar los PDU al emitir licencias de construcción, violentando los instrumentos que rigen el avance ordenado de la mancha urbana.
De hecho, solo en Benito Juárez hay más de 150 desarrollos habitacionales que carecen de drenaje, a los cuales se suman todos los asentamientos irregulares que también aportan a la contaminación del agua.
A pesar de los estudios con relación al exceso de nutrientes en el manto freático, las autoridades no han atendido la problemática y se sigue modificando el PDU, aumentando las densidades de construcción en zonas urbanas y dando usos de suelo hotelero en playas públicas.
Con relación al estudio de la calidad del agua, el colectivo dio a conocer que existen por lo menos 19 puntos de descargas de aguas negras ilegales sobre zonas de manglares por parte de hoteles y restaurantes, así como otros puntos donde se derraman los registros de alcantarillado por la sobresaturación de las tuberías.
Dicho compendio, que estuvo a cargo de AyMA Ingeniería, también concluyó que la calidad del agua en la mancha urbana de Cancún era de regular a mala, destacando zona de mayor deterioro en el área natural protegida Manglares de Nichupté.
En ese sentido, el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Raúl Día Gamboa, hizo duros señalamientos respecto a que en México no se cumplen las leyes ambientales relacionadas con el tratamiento de las aguas residuales, porque se carece de tecnología.
Asimismo, consideró que, si los tres niveles de gobierno siguen permisivos sobre los vertidos de aguas negras, la pérdida de la biodiversidad será irreversible.
Los datos del investigador fueron señalados durante el Segundo Foro por el Océano realizado en el 2024 en Cancún. Ahí alertó que en el país las aguas negras se vierten a los mantos freáticos sin un tratamiento real, por lo que están cargadas de metales pesados que dañan la biodiversidad.
Añadió que ni siquiera el agua que llega a los hogares es potable, dado que no se puede consumir, pues quienes la distribuyen, en el caso de Cancún (Aguakan) únicamente la entuban, sin ningún tratamiento.
Recalcó que las leyes obligan a los gobiernos a garantizar el agua potable, pero no se aplican, lo que está ocasionando la contaminación del manto freático con impactos negativos a la biodiversidad, especies en peligro de extinción, pérdida de manglares y afectaciones severas en los arrecifes”.
No obstante, a los retos que tienen los gobiernos para atender el tema de la contaminación, en el caso de Cancún y Playa del Carmen, está el tema de la concesión del agua potable que recae en Aguakan, la cual no solo incumple con la potabilidad del vital líquido, sino que además enfrenta rezagos en las inversiones para mejorar la infraestructura que permita cubrir la creciente demanda tanto en el corredor turístico como en la zona urbana.
Esto implica un verdadero reto para el gobierno del estado, pues si se concreta la salida de Aguakan, deberá buscar las formas de financiamiento para que la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) entre al quite, además de la multa que tendrá que pagar por finiquitar la concesión antes de que concluya el contrato.
Incluso, la propia gobernadora Mara Lezama Espinosa admitió que han solicitado ayuda a expertos de la Federación a fin de llegar a los mejores términos con la empresa, pero sobre todo para tomar la mejor decisión para los usuarios que merecen un servicio de calidad.
Sin embargo, eso implicará que el estado tendrá que invertir para garantizar el servicio, ya que la gobernadora aseguró que no entraría ninguna otra concesionaria, pues el litigio con la empresa no era para sacarla y entrara otro particular, sino para mejorar el servicio y la calidad del agua.
De ser así, no la tendrán fácil ante la creciente demanda, tanto en Cancún como Playa del Carmen, que cada año añade más unidades habitacionales y hoteles, sumando incluso el déficit de suministro eléctrico, que es fundamental para garantizar el suministro del agua.
Bajo ese contexto, el director de Tecnología Hidráulica Mexicana, Hugo Enrique Méndez Cervantes, dio a conocer en una entrevista para Quintana Roo Hoy el año pasado, sobre las deficiencias en el suministro eléctrico para la distribución del vital líquido, así como el alto costo para la extracción, ya que ante el avance de la mancha urbana cada vez se alejan más las zonas de extracción.
En esa ocasión recalcó que, más allá de tener concesionada el agua o que el gobierno se encargue del suministro, el principal foco rojo es que, ante la expansión demográfica, cada día es más complicado invertir en la tecnología y el recurso humano para satisfacer el mercado.
Ante ello, señaló que hay un riesgo latente de quedar rebasados por la demanda, de ahí que es necesario que las empresas, los gobiernos, la academia y las organizaciones sociales tomen en cuenta el tema del agua, porque se suele ver a largo plazo cuando cada vez es más difícil cubrir la demanda.
Aunque señaló que la problemática con la distribución del vital líquido no solo la enfrenta Quintana Roo, sino otros estados, e incluso se está convirtiendo en un tema mundial, derivado del consumo desmedido, la falta de inversión en tecnología y los ciclos de retorno.
Menciono que actualmente la capacidad de bombeo en el suministro del agua en Cancún es de 600 metros y la demanda actual es de 500, es decir, que se está al borde de las capacidades técnicas, por lo que es fundamental invertir en tecnología, independientemente de quién se encargue del suministro del vital líquido.
