CHETUMAL.- La violencia en entornos escolares es uno de los principales factores de expulsión y deserción escolar, seguido de la falta de interés, la falta de motivación e incluso el género, el cual se ve con mayor frecuencia en comunidades rurales. Sin embargo, la falta de recursos económicos continúa siendo el motivo principal por el que decenas de estudiantes deciden abandonar sus estudios.
De acuerdo con la Estadística del Sistema Educativo Quintana Roo Ciclo Escolar 2018-2019, realizado por la SEP, el abandono escolar en el nivel medio superior es de 11.9%, mientras que en 2016 era 11.6%. En el caso de nivel universitario, el abandono escolar pasó de 11.2% en 2016 a 11.3% en 2017.
En Quintana Roo, sólo en el 2017, se registraron más de 100 casos de acoso escolar o bullying, fenómeno que incluso ya rebasó los salones de clases, lo que ha ocasionado una deserción escolar.
Al respecto, la presidenta del Colegio de Psicólogos en Quintana Roo, Guadalupe Elena López Mendoza, explicó que el bullying se extiende de una manera incontrolable al grado de que ocupa el primer lugar a nivel internacional, y es el nivel secundaria en el que se registra el mayor número de casos, pero más allá de las cifras, el hecho aquí es que detrás de estas agresiones hay una marcada descomposición social que se refleja en la conducta de los menores.
En una encuesta realizada, más del 50% de los jóvenes reportó haber experimentado algún tipo de agresión por sus compañeros de escuela, lo que con lleva a la deserción escolar por factores como: la víctima no tiene la opción de cambiar de escuela, porque no hay otra escuela o las que hay están lejos, lo que amerita pagar transporte o caminar por horas en caminos peligrosos.
Es necesario que los padres de familia presten atención en sus hijas e hijos para erradicar conductas negativas, de modo que deben estar atentos al comportamiento y no solaparlos, pues desde edades muy tempranas los niños manifiestan ciertas tendencias negativas, las cuales se deben modificar de acuerdo a la educación que reciben en casa.
Por Samuel Caamal/Grupo Cantón