Julián Puente
CHETUMAL, Q. Roo
En Quintana Roo se registran 28 casos de hepatitis A, B, C al año, por lo que la Secretaría Estatal de Salud, hace hincapié en reforzar las medidas de higiene para evitar la transmisión de la enfermedad, como donación de sangre segura y acciones específicas por el contagio por transmisión sexual y vacunación.
La mayoría de los casos son de tipo A, que se trasmite a través del agua y alimentos contaminados, pero no genera padecimiento crónico y se resuelve de manera natural.
En tanto, la vacuna contra la hepatitis B ha dado resultados favorables, debe aplicarse en los primeros días de nacimiento, después a los dos meses y despues un refuerzo. Las medidas higiénicas son el principal escudo contra la enfermedad, así como la vacunación, el suministro de sangre segura, y los alimentos inocuos pueden reducir la trasmisión de la hepatitis viral.
Debido a que la infección es asintomática, los pacientes sufren un gran impacto cuando se les informa que tienen una infección por esa causa y el médico tendrá que explicarle al paciente que es una enfermedad curable y el tratamiento tendrá por objetivo, reducir la progresión del daño hepático.
En tanto, la hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto ocasional, por ejemplo, abrazos, besos y comidas o bebidas compartidas con una persona infectada.
En el tratamiento de este tipo de hepatitis, las recomendaciones dietéticas están orientadas a cubrir las necesidades nutricionales del paciente, controlando al mismo tiempo la cantidad de proteínas que ingiere, ya que son necesarias para restaurar las células hepáticas dañadas, pero en exceso pueden favorecer la acumulación de desechos tóxicos si el hígado no es capaz de procesarlas actualmente.
