Rocío Villalobos
CANCÚN, Q. Roo
Las mujeres que se inscribieron como pre candidatas por parte de las dos alianzas que se disputarán las 15 diputaciones y 11 presidencias municipales, hace cuestionar si en Quintana Roo se reedita la criticada práctica de las “Juanitas”.
En el caso del PRI, esposas, hermanas y otras mujeres familiares de políticos principalmente de las fuerzas mayoritarias del Revolucionario Institucional aparecerán en las boletas de la elección del próximo domingo 5 de junio, pero sólo para cumplir con la cuota que exige igual número de candidaturas para ambos géneros.
Para los perredistas consideran que en este caso no se enfrenta nunca al candidato, ya que si así fuera tendrían pocas posibilidades hombres y mujeres; sin embargo, dicha opinión la vierte un partido que dentro de la llamada alianza “Quintana Roo UNE” no presenta propuestas femeninas, ya que son los panistas quienes cumplen con la cuota de paridad al presentar en la planilla a las alcaldías a 5 mujeres en las candidaturas a las presidencias municipales de las ciudades de: Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas, Cozumel, Puerto Morelos y Solidaridad.
En el caso de la alianza PRI-PVEM-PANAL se tienen los nombres de cuatro mujeres en busca de las alcaldías de Othón P. Blanco, Tulum, Cozumel y Felipe Carrillo Puerto. Dichas candidaturas provoca muchas especulaciones entre la misma gente al interior del tricolor.
En el caso de la pre candidata del PRI a la Presidencia de Tulum, Romualda Dzul hermana de el ex edil de esa misma demarcación, Marciano Dzul, se dice que de llegar al poder, pudiera incluir en la planilla de regidores a su hermano, de hecho se rumora que pudiera tener incluso la primera regiduría, que por ley, en caso de ausencia del edil municipal, tomaría el relevo.
En Tulum la gente recuerda al ex presidente municipal Marciano Dzul, cuyo personaje como la persona que inició la deuda de ese municipio; fue él quien destituyó del poder a Edith Mendoza Pino e impulsó al hoy edil David Balam, quien luego lo “traicionó”.
En Cozumel se destapó la figura de la hoy ex presidenta del DIF, Gina Ruiz Chávez, esposa del actual edil cozumeleño Fredy Marrufo y hermana de la Diputada Federal priista por la vía Plurinominal Sara Latifa Ruiz Chávez. Tampoco se descarta la posibilidad de que ambos personajes se les incluya en la planilla de regidores.
En el caso de Paoly Perera, precandidata del PRI a la presidencia municipal por el Municipio de Felipe Carrillo Puerto, ex tesorera municipal, ella es impulsada aparentemente por grupos políticos evangélicos y se rumora que dentro de su planilla se planea la inclusión de miembros de dicha grey con miras a mantener los cotos de poder en dicha demarcación. A decir de los mismos priistas, fue la peor decisión al ponerla como candidata y ven pocas posibilidades de triunfo.
En Puerto Morelos se presume las figuras de Laura Fernández Piña y la ex diputada Gabriela Medrano, no obstante éstas podrían sumarse a la candidatura a través del Partido Verde Ecologista de México.
En el caso del Acción Nacional, se habla que las mujeres con pocas posibilidades de triunfo y cuyas candidaturas se supone forman parte de una posible maniobra de cuota de género ocurre en Puerto Morelos y Solidaridad, donde Mercedes Hernández y la notaria Cristina Torres Gómez se registraron como aspirantes.
Cabe mencionar que en esta contienda, el PRD, como partido, no presentó cuadros femeninos: En Benito Juárez: Gerardo Mora Vallejo, Jesús Pool Moo y Julián Ricalde Magaña; en Tulum, Jorge Portilla y Alonso Ventre Sifri; en el caso de Solidaridad, se rumora el nombre de José Esquivel; en Bacalar, Alejandro Castillo; y, José de Jesús Vizcaíno Yang por Felipe Carrillo Puerto.
¿Qué significa el término “Juanito o Juanita”?
El concepto de candidatos juanitos se sumó al vocabulario de la política mexicana y es el nombre que se le da a una persona que encabeza una candidatura solo para beneficiar a otra o para después ceder el cargo en caso de ganar los comicios.
Dicha frase se usa popularmente en el argot político desde las elecciones del 2009, cuando el vendedor Rafael Acosta, mejor conocido como ‘Juanito’, aceptó postularse para la delegación Iztapalapa y después ceder el puesto a la perredista Clara Brugada por petición de Andrés Manuel López Obrador. Cabe mencionar que a la hora de ceder el poder, no lo hizo.
Es decir, un “Juanito” es un simulador, una trampa política creada para violar la ley y defraudar la voluntad ciudadana.
“Juanitas” son violencia de género
LEl fenómeno de las juanitas —mujeres postuladas para algún cargo que posteriormente renuncian en favor de un hombre— fue establecido como una conducta violenta contra la participación política de las mujeres.
De acuerdo con el Protocolo para atender la violencia política contra las mujeres, presentado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en días pasados, también es violencia política contra el género femenino otorgar candidaturas a las mujeres únicamente en distritos “perdedores”, amenazarlas o impedir que asuman el cargo, así como agresiones más duras, como acoso, violencia sexual y hasta el asesinato.
En adición, los partidos políticos pueden perpetrar violencia política contra las mujeres al destinar menos recursos para sus candidatas en las campañas, otorgarles menos tiempos de radio y televisión y el uso inadecuado de los recursos ordinarios de los partidos destinados a la capacitación y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
En la elaboración del protocolo participaron el TEPJF, el Instituto Nacional Electoral (INE), la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, el Instituto Nacional de las Mujeres, y la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas.
En el documento se establecen acciones inmediatas para atender a las mujeres que son afectadas por violencia política con elementos de género.
El objetivo del escrito es que la violencia no quede en la impunidad y que las investigaciones que se lleven a cabo se realicen con la debida diligencia y de acuerdo con los estándares internacionales, para proteger al género femenino que participa en actividades políticas.
Definen conductas
Aunque el fenómeno de las juanitas y la asignación de distritos de baja votación a candidatas ya quedaron prohibidas en la pasada Reforma Electoral, en el Protocolo se les menciona como conductas violentas contra las mujeres.
Otras situaciones de este tipo son las amenazas y agresiones verbales o físicas a las mujeres que han sido electas, inequidad en la distribución de los tiempos de radio y televisión o de recursos para campañas entre candidatas y candidatos, el uso inadecuado del presupuesto destinado a la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres por parte de los partidos y la obstaculización de la participación de las mujeres en las elecciones regidas por sistemas normativos internos, entre otras.
