Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo
A pesar que el 20% de la población en Quintana Roo enfrenta problemas para el acceso a la alimentación y de existir una Ley para Fomentar la Donación de Alimentos en el estado, el 15% de la comida que se ofrece en los hoteles y restaurantes de los destinos vacacionales del Caribe Mexicano se desperdicia.
Con toda esa comida que se tira a la basura en la industria turística, así como los productos comestibles que no logran venderse en los centros comerciales, bien se podría cubrir hasta en un 60% la pobreza alimentaria en la entidad, sin embargo, para aprovechar los comestibles desperdiciados se requiere responsabilidad social del sector empresarial.
Miguel Gutiérrez Pacheco, director del Banco de Alimentos de Cáritas Quintana Roo A. C., indicó que aún con todo el potencial que tiene el sector turismo en relación a los alimentos en buen estado que se tiran a la basura, no se contemplan en sus programas de asistencia social, debido a que para el manejo de la comida preparada tienen que cumplir ciertos estándares de conservación y calidad, lo que imposibilita la donación.
En contraste, dijo, que los productos que se ofertan en las tiendas de autoservicio tiene un manejo distinto, pues generalmente se donan frutas, verduras y hortalizas, así como productos industrializados, por lo tanto existe un mayor margen en el consumo y no hay riesgo para la salud, de ahí la disponibilidad entre los empresarios del ramo a las acciones sociales.
Añadió que, actualmente, el Banco de Alimentos de Caritas Quintana Roo A. C. realiza pruebas piloto con dos cadenas hoteleras para aprovechar los alimentos preparados que no se consumen, los cuales serán canalizados al comedor comunitario que se inaugurará en unos dos meses, el cual estará ubicado en la avenida Rancho Viejo y la parte continental de Isla Mujeres, donde ofrecerán 50 comidas por turno a menores de 16 años.
Gutiérrez Pacheco señaló que esto permitirá medir que tan factible es aprovechar la comida preparada de los hoteles y con el apoyo de los benefactores adquirir el equipo necesario para la conservación de los alimentos, así como la manipulación adecuada de los mismos a efecto de evitar riesgos y poder fructificar todo ese alimento que a pesar de estar en buen estado va a la basura.
Pobreza alimentaria
De acuerdo a datos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y del Consejo Nacional de Población (Conapo), en la entidad, el 20% de la población sufre de pobreza alimentaria, toda vez que no cuenta con la capacidad para poder adquirir los productos de la canasta básica, aun haciendo uso de todos los ingresos disponibles en el hogar.
Ese segmento de la población, forma parte de los 28 millones de mexicanos que no tienen acceso a una dieta adecuada y que a pesar de ello, a nivel nacional se desperdician al año 9.8 millones de toneladas de alimentos, según cifras de la Confederación Nación Nacional de Comerciantes de Centrales de Abasto.
En el caso de Quintana Roo, no se tiene el dato exacto de los comestibles que a pesar de estar en buen estado se tiran a la basura, la referencia que existe al respecto la dio a conocer en el 2014, Abelardo Vara Rivera, expresidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, quien señaló que de las 25 toneladas diarias de alimentos que se ofrecen en los centros de hospedaje, el 15% va a la basura, y que según las políticas internas de los centros de hospedaje, los alimentos preparados deber conservar ciertos estándares de calidad por lo que tienen un margen de 36 horas antes de caducar, de tal forma que no pueden ser donados sin un manejo adecuado, ya que una vez manipulados pueden contaminarse y afectar a quienes lo consuman.
Ante esas normas de sanidad, los empresarios optan por tirar la comida que sobra de los bufetes, en lugar de llevarla a instituciones de asistencia o bancos de alimento, pues para transportarla se requiere cierta temperatura, es decir, contar con unidades que tengan refrigeración.
A comparación de las tiendas de autoservicio, cuyos alimentos son procesados o se trata de productos del campo, no se tiene un riesgo a la hora de donarlos, por ello es más factible que exista una mayor participación de los empresarios del ramo a las acciones altruistas.
En cuanto a la comida que se genera en los supermercados, sólo se aprovecha el 10%, a pesar de que Quintana Roo es una de las ocho entidades federativas del país que cuenta con una legislación local en la materia, la cual permite el manejo de productos, frutas y verduras en excelente estado, pero que no cubren los estándares que marca el mercado para su venta.
Aprovechamiento de productos
Asimismo, la nutrióloga Elvia Olivares Gómez, mencionó que a pesar de que los productos del campo no se ajusten a las normas de calidad que exige el mercado, éstos pueden ser aprovechados, pues siguen conservando sus nutrientes aunque quizás no tengan el aspecto ideal que se requiere para la venta, ya que puede ser que durante la transportación se hayan golpeado, sin embargo, son comestibles.
En referencia a los alimentos procesados, dijo que estos tienen marcada cierta fecha de caducidad pero realmente expiran tres días después de lo que reseña el engomado, por lo tanto son productos que bien pueden ser consumibles sin poner en riesgo la salud, de modo que las tiendas de autoservicios pueden donarlos a las casas de asistencia, basados en una política de empresas socialmente responsables.
Mencionó que, el desperdicio de alimentos es alarmante y ejemplo de ello es que en el país al año se desechan más de 250 mil toneladas de jitomates y 800 mil de pan, esto es una clara evidencia del desperdicio, cuando hay 28 millones de mexicanos carecieron de acceso a la alimentación.