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diciembre 05, 2025

Cancún

Sale un 30% más caro ir a las playas

Manuel Baeza / Grupo Cantón

Reportaje:

Cancún mantiene una alta afluencia turística, especialmente de visitantes nacionales, quienes han optado por planificar mejor sus gastos debido al incremento en los costos.

Cancún.- La temporada de verano en Cancún ha iniciado con un flujo constante de turistas, muchos de ellos nacionales, que llegan ansiosos por disfrutar de las emblemáticas playas del Caribe mexicano.

Sin embargo, el entusiasmo por las vacaciones se ve opacado para algunos por el aumento de hasta 30% en los costos de alimentos, bebidas, sombrillas y otros servicios en las zonas turísticas.

Este fenómeno, que afecta particularmente a los visitantes con presupuestos ajustados, ha generado un debate sobre si Cancún sigue siendo un destino accesible o si se ha convertido en un lujo para pocos.

Expertos en turismo señalan que el perfil del turista nacional que visita Cancún ha cambiado en los últimos años. Aunque la ciudad sigue siendo un imán para viajeros de todo México, muchos llegan con un presupuesto más limitado, lo que los hace más sensibles a los incrementos en los precios.

De acuerdo con YouGov Global Profiles el 60% de los mexicanos que viajan gastan de manera individual entre 4 mil 500 a 10 mil pesos. Un 35% del turismo nacional permanece en Cancún en promedio una semana por lo que su presupuesto debe administrarse de manera inteligente.

Según datos recientes, el turismo nacional representa en esta temporada de verano al menos 60 por ciento de los visitantes, pero su poder adquisitivo no siempre está a la par con los costos que enfrentan en las playas y zonas turísticas.

En los arenales más populares, como Playa del Niño en Puerto Juárez o Delfines y Tortugas en la zona hotelera, los precios de alimentos y bebidas han experimentado un aumento notable.

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Por ejemplo, un taco en un establecimiento de playa puede costar en promedio entre 50 y 100 pesos, mientras que una bebida, como refresco, puede superar los 80 pesos en algunos casos. El precio se encarece si contiene alcohol.

Muchas personas que viajan en familia optan por comprar hieleras de unicel desechables y llevar sus bebidas, las cuales adquieren en algún supermercado o tienda de conveniencia y además preparar sus alimentos para su visita a la playa. Todo ello a un menor costo y además que rinda para todos.

En comparación, en el centro de Cancún, en lugares como el Mercado 28, los mismos productos suelen costar hasta un 40% menos, lo que evidencia una marcada diferencia entre las zonas turísticas y las áreas locales.

El alquiler de sombrillas y camastros también ha generado controversia. En playas como Playa Caracol, el costo por rentar una sombrilla puede variar entre 150 y 300 pesos por día, dependiendo de la temporada y la demanda.

Algunos turistas han reportado que, a pesar de que ciertas playas están certificadas como “Blue Flag”, donde los servicios de palapas y camastros deberían ser gratuitos por ley, los encargados suelen solicitar pagos, lo que genera confusión y molestias entre los visitantes.

La percepción de los turistas nacionales sobre la asequibilidad de Cancún es mixta.

Mientras algunos consideran que los precios son razonables para un destino turístico de renombre internacional, otros sienten que están enfrentando un abuso en los costos.

En foros de viajeros, como los de Tripadvisor, se han compartido experiencias donde los visitantes advierten sobre precios inflados en alimentos y bebidas cerca de las playas, así como la falta de claridad en las tarifas de servicios como transporte o actividades recreativas.

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La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha tomado cartas en el asunto, implementando operativos en Cancún para verificar que los comercios cumplan con las normativas de precios y calidad.

Durante la temporada de verano, la dependencia intensifica sus inspecciones en restaurantes, bares y servicios turísticos para garantizar que no haya prácticas abusivas, como cobros excesivos o publicidad engañosa.

En 2024, Profeco reportó sanciones a varios negocios en la zona hotelera por no respetar los precios exhibidos o por imponer cargos adicionales no informados.

A pesar de estas medidas, los turistas nacionales sugieren que las regulaciones podrían ser más estrictas. Algunos proponen que se establezcan precios máximos para servicios básicos en las playas, como alimentos y alquiler de equipo, para evitar que los costos se disparen durante la temporada alta.

Otros abogan por una mayor transparencia en las tarifas, con letreros visibles que detallen los precios de cada producto o servicio, algo que no siempre está presente en las zonas turísticas.

La disparidad de precios entre las playas y el centro de Cancún también ha llevado a los turistas a explorar opciones más económicas fuera de la zona hotelera.

Lugares como la avenida Yaxchilán o el Parque de las Palapas ofrecen alternativas gastronómicas auténticas y asequibles, con platillos que van desde tacos de pescado hasta sopa de lima a precios mucho más accesibles.

Esta tendencia refleja un esfuerzo de los visitantes por maximizar su experiencia sin comprometer su presupuesto.

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El impacto de los precios elevados no solo afecta a los turistas, sino también a la imagen de Cancún como destino accesible.

Aunque la ciudad sigue atrayendo a millones de visitantes cada año, con un récord de 10.66 millones de pasajeros internacionales en el primer semestre de 2025, según datos del Aeropuerto de Cancún, el turismo nacional podría disminuir si los costos continúan en ascenso.

Esto ha llevado a expertos a sugerir que las autoridades locales y el sector privado trabajen en estrategias para diversificar la oferta turística y promover opciones más económicas.

En conclusión, mientras Cancún sigue siendo un paraíso para los amantes de las playas, el encarecimiento de los servicios plantea retos para los turistas nacionales con presupuestos ajustados.

La intervención de Profeco y la búsqueda de alternativas fuera de las zonas turísticas son pasos hacia un equilibrio, pero aún queda camino por recorrer para garantizar que el verano en Cancún sea sinónimo de disfrute y no de preocupaciones económicas.

Los visitantes, por su parte, tendrán que planificar con mayor cuidado para disfrutar de este destino sin que el bolsillo sufra un impacto excesivo o como se dice en redes sociales comiendo atún pero en Cancún.

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