Jesús Vázquez
CANCÚN, Q. Roo
Finalmente, el polémico hotel Punta Jade de 192 millones de pesos no podrá construirse por ser un proyecto inviable según la reglamentación ambiental vigente. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales le negó la autorización de impacto ambiental y cambio de uso de suelo que solicitaba.
El proyecto requería los permisos de impacto ambiental para la conversión de 2.57 hectáreas de selva baja, donde pretendían construir 12 villas o edificios de tres niveles, con una altura de 12 metros y un total de 401 apartamentos.
Adicionalmente, se edificaría una plaza interior (motor lobby) de 1,063.08 metros cuadrados (m2), alberca, lobby de 5,127.83 m2, y snack-bar de 874.52 m2. “Conservando el 80.90% del terreno como áreas verdes y de conservación”, según se lee en el proyecto consultado por Quintana Roo Hoy.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) advirtió desde la etapa de consulta pública que esta construcción ponía en riesgo especies protegidas que habitan o arriban al sitio para anidar, las cuales no habían sido contempladas dentro la evaluación de impactos. Entre dichas especies se encuentran: la iguana gris, la chara yucateca, el cenzonte tropical, el zanate, el vireo manglero, el teveo menor, la garza blanca, el pato real y tres especies de tortuga: laud, blanca y caguama.
“La operación de este tipo de proyectos en las condiciones propuestas, ocasionan un aumento en la demanda de insumos, la generación de residuos, demandas sociales, pérdida en la calidad del paisaje, modificación del medio físico, especialmente importante en el caso de los recursos naturales que prevalecen en la localidad”, señaló en su momento el Cemda en sus comentarios al proyecto.
Exceso de habitaciones
En lo que respecta al Programa de Ordenamiento Ecológico del Corredor Cancún -Tulum, el proyecto también contravenía diversas disposiciones como la referida al número de cuartos, toda vez que está planteando construir 401 habitaciones, cuando para un desarrollo turístico en esa zona únicamente podía construir 200. De igual forma, el proyecto carecía de un estudio de cargas y un estudio geohidrológico que avalaran la capacidad del sistema kárstico para construir 12 edificios de departamentos y una alberca, sin interrumpir la circulación del agua subterránea que hay entre el humedal y el mar; carecía también de una estrategia para separar la canalización del drenaje pluvial y sanitario, y no proveía información suficiente respecto de qué destino final tendrían las aguas tratadas.