Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo.
El 25% de las unidades que ofrecen el servicio de taxis en Cancún incumplen con los estándares de calidad que exigen las autoridades del transporte público; a ello se le suma el mal servicio y lo inseguro que se ha convertido, además que a algunos operadores se les ha vinculado con el crimen organizado.
Así los usuarios, al tener como única opción al Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo para movilizarse, también deben lidiar con el hecho de que el gremio convirtió el taxi en un servicio colectivo, pasando a segundo plano el concepto exclusivo con el cual se debe operar en este tipo de transporte.
De hecho, ante la amenaza que implicaban empresas que operan a través de aplicaciones en línea como Uber y Cabify, la cuales incluso ofrecen servicio de lujo, el Congreso Local realizó modificaciones a la Ley de Tránsito, Transporte y Explotación de Vías Carreteras, en julio pasado, en donde quedó estipulado que ningún particular podrá operar en este rubro sin contar con una concesión liberada por el Gobierno del Estado.
El propio líder del gremio, Eric Ramiro Catillo Alonzo, consideró un acierto que los legisladores pusieran candados a través de la reforma a dicha ordenanza, pues con ello tanto Uber y Cabify quedaron imposibilitadas para operar en la entidad y a fin de cubrir esa nueva modalidad del servicio, el sindicato creó “Quiero Taxi”.
No obstante, al proteccionismo local para continuar con el monopolio, en las modificaciones no se implementaron nuevas cláusulas a efecto de garantizar la calidad del servicio, por lo tanto los usuarios soportan un servicio de mala calidad, inseguro y además compartido.
Incumplidos
En ese sentido, datos proporcionados por la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra), refieren que el 25% de los taxis que operan en este centro turístico incumplen con los normas de seguridad, pues dos de cada 10 unidades presentan fallas que les impiden pasar la revista anual.
En total, el sindicato de taxistas tiene el registro de una siete mil unidades, de las cuales -durante las revisiones- el 45% presentan alguna falla mecánica o eléctrica, mientras que el 15% físicamente se encuentran en mal estado, es decir, que aún cuando el motor funcione correctamente la carrocería esta picada, los asientos manchados, no tienen cinturón de seguridad y los cristales no tienen movilidad.
Además, de acuerdo a las normas se Sintra, cada unidad deben contar con un botiquín de primeros auxilios, traer una llanta de repuesto y un extintor, pero ahí el 75% de los taxis también incumplen. De igual forma se les tiene prohibido utilizar vidrios polarizados, y es evidente que existen vehículos operando bajo esas características.
Asimismo ningún taxi debe salir a circular sin el número económico, logotipo del gremio y la póliza de seguro, no obstante, se han detectado unidades que salen a circular sin esa documentación y por lo tanto ameritan una multa.
Si un taxista incurre en irregularidades a las normas de seguridad, el concesionario puede ser sujeto a una multa fijada en la Ley del Transporte, la cual va de 50 a 100 salarios mínimos.
Sin garantías
Pero al tema de las condiciones físicas, mecánicas y eléctricas de las unidades, se le suma el problema de la inseguridad, pues a pesar de que el operador esté uniformado o porte a la vista una identificación, no hay certeza de que realmente sea un taxi del gremio, pues hay unidades piratas y clonadas.
Bajo esa consideración, de acuerdo al reporte Nacional de Movilidad Urbana México 2014-2014, el tema de la seguridad en el transporte público que incluye el servicio de taxis es un punto negativo en todo el país, debido a que hay usuarios que han sufrido percances durante el trayecto a su destino.
Es decir, la inseguridad al viajar en una unidad en lo referente a accidentes tiene que ver con la voracidad por la competencia del pasaje, no respetar los límites de velocidad, y porque la mayoría de los conductores son improvisados.
En el caso de Cancún hay operadores que no conocen la ciudad y el usuario tiene que ir guiando al chofer, algunos de ellos con hasta un par de meses sin aún conocer la ciudad.
En cuanto a la inseguridad por el crimen organizado, el Secretario de Trabajo del Sindicato de Taxistas, Mauro Carvajal Gutiérrez, admitió que a pesar de que el gremio cuenta con candados a la hora de dar de alta a los operadores, se han filtrado personas vinculadas a las actividades ilícitas, las cuales finalmente han sido dadas de baja.
“Antes de que se acepte a un operador, éste tiene que presentar una carta de antecedentes penales, referencias del último trabajo, comprobante de domicilio e identificación oficial, todo con el fin de garantizar la seguridad de los usuarios”, apuntó.
Empero, pese al sistema de selección, el gremio atiende diariamente un promedio de 15 llamadas por algún tipo de abuso de los operadores, entre las más comunes: alteraciones de tarifas, malos tratos, robos y abusos sexuales.
En tanto, de acuerdo a los reportes policiacos, se tienen denuncias contra taxistas vinculados con robos, ataques sexuales y secuestro exprés, así como detecciones de operadores vinculados al narcomenudeo e incluso taxistas ejecutados.