Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo.
Indígenas de Chiapas y Guatemala son blanco fácil de enganchadores que operan en Cancún, quienes bajo la promesa de empleo los motivan a emigrar a este destino turístico; sin embargo, son explotados y obligados a trabajar para una red de comerciantes ambulantes y contratistas de la industria de la construcción, por largas jornadas, sometidos a una especie de esclavitud moderna.
Ante ello, el líder de Asociación de Chiapanecos Residentes en Quintana Roo, Raúl Castillejos de la Torre, solicitará la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para que investiguen quienes están detrás del abuso a los indígenas, pues son seducidos con la idea de salir de la pobreza motivándolos a dejar sus comunidades y lo único que encuentra es explotación.
Explicó que, ese colectivo detectó por lo menos unos 400 indígenas que trabajan en el ambulantaje en distintos puntos de Cancún, quienes tienen que pagar cuota a “manejadores” y el año pasado un grupo de 300 chiapanecos fue abandonado en Playa del Carmen, habían pagado entre 2 mil y 3 mil pesos a un contratista quien les prometió empleo en la industria de la construcción y al llegar al estado desapareció.
Dijo que, los abusos contra los indígenas son una constante, pero lo más triste es que hay omisión de las autoridades, pues aunque se ha denunciado ante las instancias correspondientes no se actúa y cada vez son más el número de chiapanecos que caen en esta red de personas que operan con toda impunidad.
“Hace 15 días nos comunicamos con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para informar sobre este grave problema social que afecta a nuestros paisanos, por lo que se solicitará formalmente que intervengan para acabar con esta forma de maltrato contra el chiapaneco, quienes por su baja escolaridad son presa fácil de estos enganchadores”.
Castillejos de la Torre, refirió que hay toda una organización detrás de la explotación de los indígenas y ejemplificó con aquellos que trabajan en el comercio informal, los cuales son obligados a vender toda clase de productos en varios puntos de la ciudad y bajo largas jornadas, también operan como lustradores de zapatos e incluso los fuerzan a pedir limosna.
“Es un problema social muy fuerte, en donde no se tiene control y aun cuando hemos pedido ayuda nos han ignorado, nosotros tenemos el conocimiento de unos 400 indígenas en condición de explotación, pero no hay datos oficiales, pues en el estado existen uno 60 mil chiapanecos de los cuales el 15% son indígenas”.
Investigación empantanada
En ese sentido, el integrante de la organización Acción Liberadora y del Movimiento Volver a Empezar, Rogelio Márquez Valdivia, informó que cuando fue titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en el 2012, se denunciaron en la Procuraduría General de la República (PGR), casos de abuso y explotación contra indígenas chiapanecos e incluso se hizo un operativo, pero no se le dio seguimiento a la investigación y quedó empantanada.
“A nosotros se nos informó que había indígenas en el comercio informal que eran explotados e incluso que había menores de edad utilizados para pedir limosna, por lo que se dio aviso a la PGR, pero nos llamó la atención el hecho de que nos invitaran hacer la investigación en conjunto, además la hicieron pública, alertando a los posibles involucrados en el caso, por lo tanto la inspección no tuvo éxito”.
Mencionó que, el tema de los abusos contra los indígenas quienes están sometidos a una especie de esclavitud moderna, es un problema muy complejo y data desde los últimos 15 años, primero inició con la llegada de trabajadores de la construcción cuando comenzó la edificación de hoteles en la Playa del Carmen a quienes les prometían sueldos bien remunerados y al final los tenían durmiendo en cuarterías, sin ninguna clase de prestación social e incluso eran abandonados.
Relató que, posteriormente comenzaron a llegar mujeres y niños indígenas a quienes introdujeron en el mercado informal, en trabajos de afanadoras y domésticas, luego comenzó la migración hacia Cancún como punto de partida hacia a los Estados Unidos en donde se sumaron guatemaltecos, quienes se convirtieron en blanco perfecto para el abuso y explotación, pues al carecer de documentos eran sometidos a trabajos forzados durante su paso por este centro turístico.
Añadió que, hay toda una red de enganchadores que lucran con la necesidad de quienes buscan un mejor nivel de vida, por lo tanto son engañados bajo la promesa de empleo y solo encuentran explotación, pues aunque viven en libertad, lo cierto es que están controlados, tienen que pagar una cuota y en muchos casos están amenazados.
Márquez Valdivia, comentó que hay omisión de los tres niveles de gobierno sobre estos casos, toda vez que es un secreto a voces que hay una red que opera en Cancún dedicada a esta actividad y que podría estar ligada a la delincuencia organizada, pues en el caso de los guatemaltecos llegan con documentos falsos que los acreditan como mexicanos y esa es la principal arma que tienen para someterlos a trabajos forzados.
Por su parte el exsecretario del Ayuntamiento de Benito Juárez, Eduardo Galaviz Ibarra, sostuvo que durante su gestión realizaron un operativo derivado de una denuncia relacionada a la explotación de indígenas en la supermanzana 63 y 64 donde encontraron a mujeres y niños que eran explotados a quienes remitieron al DIF municipal y posteriormente enviados a Chiapas.