CANCÚN, Q. Roo.- “Los pilotos no mueren, vuelan más alto”, coincidieron familiares y amigos quienes le dieron el último adiós al capitán Eduardo Toledo Parra, quien perdió la vida la noche del viernes mientras realizaba practicas áreas en el autódromo de Cancún.
Con una misa oficiada por José Antonio Blanco, párroco de la iglesia Cristo Rey, fue despedido ayer el empresario hotelero y de la comunicación.
Sus restos fueron colocados sobre una mesa cubierta con una camisa azul turquesa, que usaría en el primer día de actividades del evento que siempre amó y que era el reflejo de su pasión, el Aeroshow, que se realizaba desde hace siete años, hasta 2016, en la isla de Cozumel.
Murió haciendo lo que más amó: la acrobacia aérea, cuando piloteaba la unidad y aparentemente perdió el control cayendo en un área verde, incendiándose de inmediato.
En medio del dolor, sus amigos coinciden en que, al ingeniero de profesión, Eduardo Toledo Parra, quien también fue el primer presidente de la comunidad Politécnica en Cancún, falleció como le hubiese deseado, haciendo lo que por más de 40 años le apasionó, por ello lo recordarán como el gran visionario.
Para la cozumeleña, Addy Joaquín Coldwell, esta pérdida es irreparable.
“Es un ser extraordinario, supo luchar, defender sus convicciones, para mí, siempre será un hombre admirable, yo estoy agradecida porque trabajó mucho por Cozumel, será muy querido y recordado por los cozumeleños, y como los pilotos no mueren, vuelan más alto”, apuntó.
Su fiel amigo Jesús Montes Cavazos, refirió: “Fue muy trabajador y visionario, yo lamento mucho que nos haya dejado de esta manera, la actitud de él siempre fue muy positiva y para mí será una pérdida irreparable, lo conocí hace más de 30 años y me deja muchas anécdotas que compartimos juntos”.
Es un ser extraordinario, supo luchar, defender sus convicciones, para mí, siempre será un hombre admirable, yo estoy agradecida porque trabajó mucho por Cozumel” Addy Joaquín Coldwell Ex senadora
En este mismo sentido, la diputada federal, Patricia Sánchez Carillo, quien fuera su abogada durante 20 años, dijo: “El ingeniero, como solían decirle, es un referente de mucha fuerza, un hombre incansable, inquieto, y promocionó hasta el último momento a Cancún y Cozumel. Como decía mi abuela, ‘el que ama el peligro, en el perece’, y esta pérdida se resume en un anecdotario interminable”. (Saraí Reyes / QUINTANA ROO HOY)
