René Guadarrama
PLAYA DEL CARMEN
Desde 2008, el actual presidente de Solidaridad, Rafael Castro Castro, y su concuño, Gabriel Castro Cárdenas, tesorero municipal, han estado viviendo del erario ante el júbilo de compadrazgos y empujones políticos.
Ahora se preparan para dejar el municipio en ruinas, pero sí, sus alforjas llenas, en detrimento de los contribuyentes de ese municipio.
Y es que durante la administración de Román Quian Alcocer (2008-2011), Rafael Castro Castro ya fungía como secretario general del ayuntamiento, cuando Solidaridad todavía presentaba un revolucionario crecimiento, lo que permitía que los sueldos del Cuerpo Colegiado y similares superarán los 55 mil pesos al mes.
Por su lado, fue durante esa misma gestión cuando Gabriel Castro Cárdenas tenía a su cargo la Contraloría Municipal, ganando más de 45 mil pesos mensuales, en su carácter de director de área, esto además de viaticar todo tipo de gastos como alimentos, medicina, combustible y hasta la despensa de su casa, han informado algunos funcionarios del mismo municipio, con lo cual su sueldo era prácticamente libre.
Además, desde ese entonces y seguramente hasta la fecha, las empleadas domésticas de su vivienda cobran un salario en el municipio, lo cual abulta aún más la nómina de la comuna, en detrimento de los servicios públicos.
Este mismo puesto fue permanente durante la gestión de Filiberto Martínez Méndez a partir de 2011, pero en 2012 suplió a José Luis Toledo en la Tesorería Municipal, cargo que mantiene desde entonces.
En esa misma administración llamada “de la escoba”, Rafael Castro asumió primero el cargo de director de Planeación, donde se filtran los programas y recursos de bolsas federales, y posteriormente el de Oficial Mayor, puesto que dispone de la nómina y recursos activos del ayuntamiento.
Posteriormente, desde 2013 retomó las riendas de la Secretaría General, continuando en las finanzas del municipio Gabriel Castro, quién trabaja desde entonces de manera estrecha con el ahora presidente municipal.
Dicha relación tanto laboral como familiar, facilitó los mecanismos para emprender un nuevo endeudamiento del municipio, mismo del que ninguno de los dos ha fijado una postura oficial, pero con base en las declaraciones de activistas en contra de la nueva deuda, la cual es de mil 30 millones de pesos, lo que para las autoridades electas dejará en la quiebra a Solidaridad. Pero los concuños viven a cuerpo de rey pegados al erario.
Prueba de ello y de la falta de liquidez en las arcas municipales, es el estado de algunas unidades de servicio del municipio, ya que éstas permanezcan detenidas; en algunos casos porque el personal del ayuntamiento se niega a pagar de su bolsa la gasolina, y como parte del deterioro de los activos, un porcentaje considerable de la flotilla está descompuesta, sin que se prevea que sean trasladadas a un taller para su reparación.
Las calles de las colonias y fraccionamientos de Solidaridad, uno de los principales destinos turísticos de Quintana Roo, lucen llenas de basura y baches, lo cual contribuye al desánimo de los prestadores de servicios turísticos que laboran en grandes hoteles de lujo, pero al llegar a su colonias sufren carencia de todo tipo de servicios, esto pese a que pagan sus respectivos impuestos.
Servicios públicos, en picada
Otras de las marcadas carencias es en materia de servicios públicos, principalmente con la recolección de basura, que dejó de ser regular desde hace unos meses, los escasos presupuestos hacen que los camiones no salgan del taller, lo que genera cúmulos de
desperdicios y focos de infección.
Los vecinos de Misión del Carmen, Colosio, Villas del Sol, las Flores y Palmas, son de los más afectados, ya que pasan a veces después de cinco días, afectando el entorno con los contenedores sobrecargados de deshechos.
A simple vista se puede ver la falta de servicio de los camiones compactadores, que, bajo el argumento de que las piezas mecánicas para la reparación son solicitadas en otras ciudades, las unidades se concentran en los talleres sin dar servicio.
Las autoridades electas aseguran que la falta de una administración programada y la falta de transparencia en el uso de los recursos públicos, son algunas de las principales razones por las que quedará “en banca rota” el esquema financiero municipal.
Cesar Navarro, regidor miembro de la planilla electa en Solidaridad, sostuvo que “será un comienzo difícil para las acciones de gobierno, precisamente por las herencias de pasivos y pocos activos que seguramente dejarán”.
Mientras los activos y servicios escasean, en los pasillos de las oficinas municipales se rumorean las primeras bajas de personal, sin que por el momento se conozcan las razones oficiales de algunos movimientos de los empleados, entre ellos, se presume de una parte de los Vigilantes Ciudadanos.