CANCÚN, QROO.- A pesar que los primeros registros de manatíes en la Península de Yucatán datan desde finales del siglo XV; en la actualidad el animal es vulnerable y en peligro de extinción, y junto con la vaquita marina, se encuentra bajo la protección de la Norma Oficial Mexicana 059, hay poco conocimiento científico sobre esta especie marina milenaria, se necesita un trabajo muy interactivo entre diversos países que comparten estas poblaciones porque la afectación que haya en una zona tarde o temprano repercute más en el sitio, dijo Roberto Sánchez, director de medicina veterinaria del Grupo Dolphin Discovery.
“En septiembre va haber un congreso de manatíes en Perú, donde se van a juntar especialistas latinoamericanos para discutir las características de la especie, es un animal difícil de estudiar al ser tímido, no es fácil de encontrar, por lo general las especie marinas son más difíciles de manejar que las terrestres, además de que el tiempo de contacto de conservación con el manatí es relativamente poco”, añadió.
En México, los manatíes se pueden ver en las aguas costeras de Quintana Roo, Yucatán, Tabasco, Campeche y Veracruz. Nuestro estado está a la cabeza en la conservación de esa población, con alrededor de 220 ejemplares de mil 400 individuos que quedan en el país, además de estar involucrado con la historia de conservación de la especie en Belice y Puerto Rico, a pesar de que fisiológicamente se conoce poco.
ANIMAL COMESTIBLE
El experto aseguró que es necesaria la cooperación y el trabajo internacional con Belice, puesto que Quintana Roo colinda con este país, donde abunda la pobreza y aún se acostumbra consumir carne de manatí, algo que ya no se ve en el estado, salvo en casos muy aislados.
Sin embargo, un problema grave es el tráfico de lanchas a través del hábitat de la especia, y aún no se puede concienciar a la población sobre el cuidado del animal y la importancia de manejar ciertos niveles de velocidad.
ESPECIE DESCUIDADA
El especialista añadió que las principales causas de muerte de los ejemplares que viven en vida silvestre es que con frecuencia son víctimas de las redes de los pescadores, el tráfico abundante de lanchas en los sitios en donde habitan, la inclemente contaminación de las aguas costeras mexicanas y la brusca modificación de sus hábitats.
Roberto Sánchez destacó que la población de manatís no ha crecido mucho en los últimos 10 años; sin embargo, tampoco ha disminuido, lo cual es un aliciente para seguir trabajando.
Un hecho es lo acontecido en Tabasco recientemente que es preocupante porque los manatíes son sumamente resistentes y el caso de la muerte masiva de la especie no hay un solo culpable.
En el Caribe mexicano hay 24 animales bajo el cuidado humano, todos registrados a nivel nacional, identificados con un microchip, muchos de ellos fueron rescatados y posteriormente no fue posible liberarlos porque ya no se adaptaron a la vida silvestre. Independientemente de esto se tiene un gran éxito de reproducción de manatíes en cautiverio. A su vez su reproducción es sumamente lenta, no son activos y hembra puede tener una cría cada cuatro años.
Hace 30 años, en Quintana Roo, sobre todo en Chetumal su carne era consumida al decir de los habitantes que tenía propiedades afrodisíacas, práctica que ya no se realiza, sin embargo, en otros países aún continúa este aprovechamiento.
Gisela Maldonado Saldaña, representante de la asociación Grupo Tortuguero del Caribe, comentó que la reproducción en cautiverio es una alternativa para mantener la especie si se ejecuta técnicamente de manera correcta, en vida silvestre hay reportes de crías desorientados y varados quizás por la muerte de sus padres, es un problema a atender a corto plazo.
Por Licety Díaz/Grupo Cantón
