Rocío Villalobos
CANCÚN, Q. Roo
El tianguis más grande de la ciudad de Cancún, que se ubica a espaldas de la avenida Talleres, en la Región 94, y que se instala todos los sábados de 14 a 21 horas, cuesta entre 4 y 10 millones de pesos.
Esta cifra es al tomar en cuenta que los más de 2 mil asociados tienen comprados sus espacios fijos cada semana con costos que van desde los 2 mil a los 5 mil pesos, dependiendo del tamaño, ubicación y tipo de comercio a realizar, independientemente del pago de entre 35 y 50 pesos que realizan para tener derecho a vender, más el cobro de derecho de basura que al día fluctúa entre los 50 hasta los 100 pesos.
Al día se generan ingresos de entre 100 mil y 200 mil pesos por parte de los tianguistas asociados, cifra que incrementa semana a semana con la incorporación de quienes llegan a vender artículos por única ocasión y que no forman parte del gremio de ambulantes de los mercados itinerantes de la ciudad, los cuales pagan desde 20 a 40 pesos el día, lo que representa 30 mil y 60 mil pesos diarios, tomando en cuenta de un promedio de mil 500 personas.
En los últimos cinco años los tianguis han crecido alrededor de un 40%. Para vender como bazar en los tianguis, es decir, la gente que llega a rematar sus propiedades de segunda mano, los inspectores del lugar cobran en promedio 20 a 50 pesos, dependiendo del espacio a ocupar y el número de artículos a ofrecer, dinero que presuntamente es destinado para el pago de recoja de basura al término de la venta del día.
Ahora bien, en el municipio de Benito Juárez existen 52 mercados sobre ruedas, que se ubican cada día de la semana en horarios matutinos y vespertinos, distribuidos en diferentes colonias y fraccionamientos.
Cada uno de estos mercados sobre ruedas de la ciudad tiene su propio espacio en venta, los cuales se comercializan como propiedad y pueden, incluso, ser hereditarios.
El tianguis que menos vendedores tiene es de aproximadamente 50 espacios, es decir, que el más pequeño de los mercados itinerantes de la ciudad le representa el gremio un ingreso de por lo menos 100 mil pesos.
Agremiados a la Unión de Tianguistas de Cancún (UTC), en un sondeo realizado en la Región 94, revelaron que para tener la garantía de que semana a semana se instalarán en el mismo lugar, tienen que comprar su espacio.
Pagan casi 4 mil pesos por un área de 2 metros cuadrados, el cual queda vacío cuando ellos no acuden. Además de sus cuotas del día para poder vender y por recolecta de basura.
Este tianguis de la Región 94 recibe hasta 10 mil visitantes, principalmente los días de quincena.
Mascotas como peces, perros y aves exóticas se pueden encontrar en los tianguis, también artículos de la canasta básica, cerveza, micheladas, comida, juguetes, artesanías, fruta, ropa y muebles, entre otras.
El líder de la Unión de Tianguistas de Cancún, Melitón Ortega García, señaló que cuenta con alrededor de 2 mil 500 agremiados en los 52 tianguis ubicados en diversas regiones, colonias y calles de la ciudad, y los fines de semana aumenta hasta 2 mil 800 por los llamados bazareños.
La mayoría de las personas que se dedican a la venta de artículos usados, son gente de que difícilmente encontraría un trabajo formal en Cancún, por rebasar la edad límite de 35 años que requiere la mayoría de los empleadores en el destino.
Los tianguis de la ciudad han crecido y cada vez “invaden” más las calles aledañas para ampliar el rango de venta.
Cada apertura de un nuevo tianguis representa en promedio un ingreso al gremio de aproximadamente 100 mil pesos por la venta de espacios, y en los últimos 5 años los mercados informales han incrementado en promedio un 40%, según cifras proporcionadas por el propio líder de comerciantes ambulantes.
Crisis en el comercio formal
Al año, en promedio 300 comerciantes establecidos cierran sus puertas ante la carga económica por impuestos y pagos de derechos que representa mantenerlos, y muchos de éstos deciden incursionar en el comercio informal, reveló Juan Carrillo Padilla, presidente de la Canaco en Cancún.
Principalmente hablamos de negocios dedicados a la venta de comida, papelería, abarrotes y reparaciones, entre otros, debido a que los consumidores prefieren asistir a tianguis antes que a tiendas departamentales para adquirir productos.
Otro fenómeno que fomenta el comercio informal es la falta de empleo y la caída de los salarios en el país, lo que evidencia la escasa probabilidad de que los comerciantes minoristas vean un aumento significativo en el crecimiento de las ventas anuales.
Juan Carrillo reconoció que la economía informal es uno de los principales competidores de los comercios establecidos. La gente evalúa su nueva realidad en sus bolsillos y es mucho más barato comprar artículos usados en un mercado itinerante que en un establecimiento formal.
El problema es que se si bien es cierto se pueden encontrar artículos en buen estado y a buen precio, lo cierto es que existen más probabilidades de que éstos sean productos robados o “pirateados” al no estar regularizados.