Jazmín Ramos
CANCÚN Q.Roo.
Confinados a trabajos mal remunerados o al subempleo por su baja escolaridad, los indígenas que decidieron abandonar sus comunidades para migrar a Cancún, enfrentan un ambiente hostil donde la discriminación y la marginación les impiden mejorar su calidad de vida, fracasando en la expectativa de desarrollo que los motivó a emprender el éxodo.
Las últimas estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), muestran que los indígenas en Cancún apenas encuentran los medios para sobrevivir, convirtiéndose en los relegados de la ciudad, pues solo el 75% de esta población radica en cuarterías o asentamientos irregulares y sólo el 25% han logrado tener una vivienda de interés social.
Asimismo de acuerdo a datos proporcionados por la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS), cuya titularidad recae en Enoel Pérez Cortez, el desempleo en la población indígena en Cancún, es muy marcado, toda vez que no es una mano de obra calificada por lo tanto solo son contratados eventualmente y con bajos salarios.
Los datos laborales, refieren, que los hombres indígenas que forman parte de la Población Económicamente Activa (PEA) y radican en Cancún, trabajan generalmente en la industria de la construcción como albañiles, peones y ayudantes.
Mientras que, en el sector turístico son destinados al área de jardinería, intendencia o mantenimiento con un salario mínimo y quienes no califican para esos puestos se subemplean en el mercado informal. Por su parte las mujeres indígenas, suelen colocarse como domésticas, vendedoras de artesanías y dulces o se dedican a mendigar.
Al respecto la presidenta de la Red de la Equidad y los Derechos Humanos en Quintana Roo, Rosa María Márquez Pérez, explicó que los indígenas migrantes dejan sus tierras con una alta expectativa atraídos por el éxito turístico que tiene Cancún, pero solo encuentra explotación, marginación y falta de seguridad social, condenándolos a seguir en la pobreza de la cual huyeron en sus comunidades.
“Las condiciones de vida son deplorables, casi todos se alquilan como mano de obra barata, sin protección, ni seguridad social y, a ello se le suma el hecho de sufrir discriminación por pertenecer a un determinada etnia. Realmente encuentran un ambiente hostil que les impide un adecuado desarrollo”.
Mencionó que, esta población en Cancún constantemente es discriminada y segregada, además por ser una población considerada flotante no son incluidos en los programas de asistencia social, carecen de apoyos y suelen vivir en cuartería donde radican hasta tres familias, “en sí, es un segmento de la población que subsiste enfrentando el abuso y la pobreza”.
Por su parte, el sociólogo Horacio Laguna Zapata, comentó que la población indígena migrante en Cancún que proviene principalmente de Yucatán, Campeche y Chiapas, se encuentra en condición de rezago, violentada en sus derechos vitales, entre ellos la vivienda, empleo, salud y educación, limitando al máximo su desarrollo.
Consideró que, la población indígena que emigra a las ciudades enfrentan un mosaico de vicisitudes, pues a nivel nacional 57 de cada 100 tienen acceso a la asistencia social y ante su baja escolaridad son mal pagados, alguno ni si quiera saben leer ni escribir y el 22.6% radica en viviendas con piso de tierra, de tal suerte que están expuestos a enfermedades ligados a la pobreza.
Bajo ese contexto, según los datos del Censo Poblacional y Vivienda del Inegi, solo tres de diez indígenas en Cancún tienen acceso al Seguro Popular y únicamente el 5% de los menores asisten a la escuela, en virtud que en este municipio no hay escuelas bilingües, limitando así el acceso a la educación.
Ante ello, la exdelegada de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Mercedes Hernández Rojas, dijo que la precariedad de la población indígena en Cancún se acentúa porque no hay políticas públicas destinadas al desarrollo de este sector, pues los consideran una población flotante, sin arraigo, de modo que prefieren invertir en otros rubros que atender sus necesidades.
Mencionó que, la desigualdad entre la población indígena y la no indígena es abismal, pues aun cuando en zonas urbanas la pobreza es marcada, la generalidad de sus derechos se mantiene, es decir pueden tener cabida a los servicios públicos, en tanto este segmento es segregado.
Según la estadística oficial, la situación de la población indígena en Cancún, no es privativa de este destino turístico pues el escenario se reproduce en otras ciudades del país, de hecho en el Distrito Federal, se tienen una alta migración de este grupo poblacional.