Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo.
Las escuelas exprés o también llamadas “patito” han encontrado las condiciones idóneas para proliferar en Cancún, ante la limitada oferta educativa pública, las cuales en menos tres meses ofrecen concluir el bachillerato e incluso en dos años una licenciatura, sin embargo carecen de calidad académica y los egresados encuentran dificultades para ingresar al mercado laboral.
De acuerdo a la Secretaría de Educación y Cultura (SEyC) en el municipio de Benito Juárez –Cancún- se tiene oficialmente 29 instituciones privadas que ofrecen estudios de bachillerato y 25 universidades, la cuales operan bajo el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios Superiores Federales y Estatales (RVOE).
No obstante, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), advierte que el hecho de que una institución educativa este avalada por el RVOE, no es garantía de calidad académica, por lo que se debe de ser selectivos a la hora de elegir la universidad donde estudiarán los hijos, pues de eso dependerá el éxito que se tenga al incursionar al mercado laboral.
El presidente de la Asociación de Universidades y Preparatoria Privadas (Auppac), Gerardo Téllez Trejo, explicó que aun cuando omite darles el calificativo de “universidades patitos” a esa instituciones que ofrece concluir el bachillerato en meses y las licenciaturas en dos años, es una realidad que han proliferado poniendo en riesgo el futuro de los estudiantes porque no garantiza un adecuado proceso de enseñanza aprendizaje.
Esto, dijo se debe a la poca oferta educativa publica que hay en el estado, la cual se recrudece en los municipio donde se tiene una mayor demanda, como Cancún y Playa del Carmen, de tal suerte que han encontrado las condiciones idóneas para lucrar con la necesidad educativa, pues se considera al estudiante como un negocio, sin importar que su futuro se vea afectado al no ser aceptados en el mercado laboral.
Mencionó que, otro factor que ha motivado el surgimiento de las escuelas exprés es que las propias autoridades educativa han flexibilizado los regímenes de estudios, pues ahora se puede estudiar en sistema abierto, semi-escolarizado o en línea, de ahí que estas instituciones aprovechen esta condición para darse de alta y ofrecer infinidad de carreras que incluso tienen un campo muy saturado.
Téllez Trejo, mencionó que a esto se le suma el que ahora puedan registrarse a nivel federal, de modo que sí una universidad incurre en irregularidades las autoridades locales no pueden intervenir dado carta abierta a omisiones, además la mayoría de estos planteles no cuenta con las instalaciones adecuadas, como laboratorios, bibliotecas, áreas de estudio o cómputo.
“El que haya tanta demanda educativa es porque que se tiene un amplio mercado, pues los jóvenes que no pudieron ingresar a las escuelas públicas son vistos con signos de pesos, flexibilizando los planes de estudio y esto se le suma que ofrecen sistemas de pagos económicos, lo cual generan una gran expectativa”.
Añadió que, el problema es que también la gente busca que pagar lo más barato, situación que es aprovechado por los empresarios del ramo a efecto de ir por ese mercado ofertando colegiaturas económicas, sin darse cuenta no hay una educación de calidad formando profesionistas que no están bien preparados.
“La educación de calidad al final sale más barata, que la ignorancia del futuro, pues esto repercute en jóvenes que al no encontrar cabida en el mercado laboral, pasan a las filas del subempleo, lo que afectará de por vida su calidad de vida”.
Señaló que, no es lo mismo un estudiante que es formado en dos años a alguien que cumplen un sistema educativo de cuatro años, en donde tiene el tiempo para llevar a la práctica lo aprendido en el aula, debe a ver un equilibrio, además de asistir a una institución respaldada por un infraestructura adecuada. Aquí, más bien, se tendría que alertar a la ciudadanía sobre la importancia de invertir en la educación, pero sobre todo de ser selectivos a la hora de elegir la institución que formara profesionalmente a sus hijos, pues esa es la base para su futuro. En ese sentido, datos proporcionados por la Profeco, refieren que la calidad educativa de aquellas instituciones que ofrecen en dos años cédula profesional o bachilleratos en menos de cuatros meses, ponen en duda la calidad educativa que ofrecen, por lo tanto tienen que verificarse adecuadamente los planes de estudio.Las recomendaciones de la dependencia que protege al consumidor revelan que muchas instituciones acortan que acortan sus programas a efecto de ser más atractivas para el mercado, pero eso finalmente mina la calidad de los servicios educativos, pues formará profesionistas a medias. Según cifras de la propia Secretaría de Educación Pública (SEP), anualmente se revocan un promedio de 1,180 programas de licenciaturas, no obstante así como se desechan aparecen otras 2 mil, los cuales carecen de calidad académica.
6 consejos para identificarlas
- Son escuelas enfocadas hacia las carreras de “mayor demanda” como: derecho, contaduría, administración, informática, ciencias de la comunicación, e ingenierías en computación e industrial.
- La gran mayoría de los profesores son contratados por horas.
- No llevan a cabo programas de investigación. De hecho, la investigación requiere de inversiones que una escuela que busca únicamente el lucro no está dispuesta a realizar.
- Las áreas de estudio elegidas para impartirse son aquellas en las que es posible ofrecer una enseñanza de bajo costo, sin necesidad de equipos costosos.
- La institución cambia las carreras o los nombres de éstas, si la demanda disminuye en una, es sustituida por otra carrera.
- En el sentido profundo del término, las universidades “patito” no tienen ningún compromiso con el interés público o con la idea de servir a la sociedad. Las verdaderas universidades han enfatizado el servicio como una responsabilidad clave.