Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo
En los últimos 15 años, los casos de violaciones en Quintana Roo se han incrementado, al grado de situar a la entidad entre los primeros lugares del país, por la comisión de éste delito, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación (SESNSP).
Las cifras refieren que al mes registran unas 43 violaciones, sin embargo la mayoría de estos delitos quedan en números negros, es decir la víctima o los padres no denuncia, de tal forma que el cotejo oficial queda muy por debajo de los datos reales.
El sociólogo, Martín Navarrete Gómez, explicó que incrementó en los casos de abusos sexuales, tiene su origen en la descomposición social que comienza a reflejarse en Quintana Roo ante un entorno plagado por el desordenado crecimiento urbano, la pobreza, la violencia y la inseguridad, problemas característicos de las entidades con vocación turística.
Mencionó que, en la caso concreto de Cancún y Playa del Carmen, en donde se asienta la mayor parte de la población, hay una marcada desintegración familiar, debido a la dinámica laboral que desata la industria turística.
“Aquí influye las condiciones de vida de la población, las jornadas laborales han hecho mella en la desarrollo adecuado de la familia, el padre y la madre trabaja, por lo que generalmente los hijos se quedan al cuidado de un pariente, un amigo o los vecinos y en el peor de los escenarios del hermano mayor”.
Dijo que, generalmente los abusos sexuales son cometidos por personas cercanas a las víctimas, entonces al no tener un adecuado ambiente familiar, los menores queda expuestos, son totalmente vulnerables y al no poderse defender se dan la condiciones para confiarse de quienes los rodean.
Por su parte, la presidenta de la Red por la Equidad y los Derechos Humanos en Quintana Roo, Rosa María Márquez, dijo que la descomposición social, se debe básicamente a que se carecen de políticas públicas que salvaguarden el bienestar de quienes son el motor de la industria turística.
“Hay una marcada desigualdad social, inseguridad, bajos sueldos e impunidad, entonces no se garantiza el desarrollo integral de la población y se desatan fenómenos como la violencia, feminicidios, suicidios, embarazos en adolescentes y abusos sexuales sobre todo contra menores”.
Mencionó que, los tres órdenes de gobierno no han garantizado la seguridad social, se carece de obra pública, los índices de pobreza van a la alza y la impunidad se hace presente, por lo tanto el desarrollo ha sido desordenado.
Además en el tema general de la violencia, se oculta información, pues se busca proteger la imagen de Quintana Roo por la industria turística, sin analizar que en realidad hacen más daño callando que enfrentar la realidad a fin de poder establecer acciones que mitiguen los problemas que vive el estado como sociedad.
“Los gobiernos niegan todo, niegan la inseguridad, niegan los abusos, los feminicidios, el rezago social, pero es una realidad y es más riesgo ocultar, que en dar a conocer lo que sucede, para actuar en consecuencia”.
En ese sentido, la psicoanalista Vanesa González Rizzo, consideró que la desigualdad social en el estado, está generado una marcada violencia que se refleja en los índices delictivos y fenómenos sociales que afectan el desarrollo integral de la población.
“A pesar de estos focos rojos, que se manifiestan en abusos sexuales, violencia familiar, feminicidios, las autoridades viven en una burbuja y pretenden minimizar los hechos para no afectar la industria turística”.
Dijo que, es grave lo que está pasando en el estado, lo cual es un reflejo de que existe un abandono de la población, los gobiernos se dedican a saquear, en lugar de generar las condiciones para que la población tenga una buena calidad de vida
Añadió que, lamentablemente en el estado la sociedad enfrenta una serie de dificultades que le impiden un desarrollo armónico y en sí las mujeres, así como los menores de edad son los que padecen más lo problemas que aquejan a Quintana Roo.
Prueba de ello, refirió, son los índices de abusos sexuales, agresiones domésticas y feminicidios, pero a pesar de ese panorama las autoridades rechazan establecer la alerta de género, “todo porque como la entidad genera mucha riqueza, no quieren afectar la economía, por lo tanto buscan a toda costa ocultar la realidad”.