Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo
En los últimos cinco años el número de embarazos de adolescente se triplicó en Quintana Roo, por lo cual la entidad encabeza los estados del país con el mayor número mujeres de entre los 15 a 19 años que enfrentan esta problemática, al grado de registrar 96.4 nacimientos por cada mil féminas en ese rango de edad.
Cifras de la última estadística de la estrategia nacional para la prevención del embarazo, muestran que los casos de jóvenes embarazadas siguen a la alza, esto derivado de múltiples factores, entre ellos la falta de educación sexual, la carencia de afecto y comunicación con los padres, la desintegración familiar y la presión en el entorno social y afectivo de los menores.
Y aun cuando Quintana Roo, lidere la lista de este fenómeno, los embarazos de adolescentes en el país muestran un alto porcentaje, de hecho la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSyN), indican que la edad promedio para iniciar la actividad sexual ha bajado, pues ahora comienzan entre los 12 y 13 años, de ahí la importancia de impulsar políticas públicas encaminadas fortalecer la educación sexual y a una mayor apertura en los métodos anticonceptivos.
Al respecto la psicóloga Guadalupe Bello Astudillo, mencionó que a pesar de toda la información que se difunde sobre la prevención, el problema de los embarazos no deseados radica en la resistencia social y la carencia de una política enfocada a atender el problema.
Dijo que, en el caso de Quintana Roo, influye el que se tenga una marcada desigualdad social y los problemas que de ahí derivan, como la desintegración familiar, el que ambos padres trabaje, la falta de comunicación con los hijos y la influencia que se tiene por ser una entidad turística.
“En la entidad hay una migración que rebasa a las autoridades, de modo que existen una rezago en infraestructura urbana y social que afecta el desarrollo integral de la sociedad, por lo tanto se desatan fenómenos como, la drogadicción, el suicidio, la delincuencia juvenil, la violencia y obviamente los embarazos no deseados”.
Según datos del sector salud, los casos de jóvenes embarazadas pasaron de 25 mil casos a 87 mil, por lo tanto el 40% de las mujeres embarazadas en Cancún y Playa del Carmen, las ciudades con mayor núcleo poblacional, corresponde a adolescentes, la cuales debido a su inmadurez reproductiva tienen un mayor riesgos de mortandad materna.
En ese sentido el titular de la secretaría de Salud en el estado, Juan Ortegón Pacheco, dijo, que como parte de las acciones para prevenir los embarazos no deseados, se lleva a cabo actividades de promoción a la salud, eventos culturales y recreativos, así como de actividades físicas en escuelas de nivel básicos, bachillerato y nivel superior.
“Se trata de fomentar en los niños y adolescentes un estilo de vida saludables y ahí se incluye programas enfocados a prevenir las situaciones de riesgo e incluso se tiene una campaña bajo el slogan de: ser adolescentes es bueno, pero adolescente y sano mejor, donde se busca también reforzar la educación sexual”.
Mencionó que, el tema de los embarazos no entre adolescentes, es una problemática que preocupa al sector salud, por ello trabajan en coordinación con los tres órdenes de gobierno a fin de ir disminuyendo este fenómeno, en donde tanto los padres como los maestros deben involucrarse.
No obstante, a las acciones que lleva a cabo el sector salud, la Asociación Civil Servicio Educación Sexual y Salud, dio a conocer que Quintana Roo, no solo ocupa el primer lugar en embarazo de adolescentes, sino que además destaca por el mayor número de mujeres que acuden a la Ciudad de México a interrumpir la gestación de manera legal.
El estigma
El 40% de las embazadas en Quintana Roo son adolescentes, quienes no solo sufren el rechazo de sus respectivas parejas y de los padres, también enfrenta el estigma social, que les impide desarrollarse como madres e integrase a la vida productiva.
La psicóloga Jessie Velázquez Garrido, explicó que más allá de que la entidad ocupe el primer lugar a nivel nacional de adolescentes embarazadas, las jóvenes enfrentan problemas emocionales que las llevan a severos cuadros de depresión que se extienden hasta después del parto.
Dijo, que al inició niegan el hecho de estar embarazadas, luego entran en la disyuntiva de decirles o no a los padres y en algunos casos huyen del hogar, además enfrentan cuadros de violencia con sus parejas cuando le confiesan que van hacer padres.
Manifestó, que además de trucar sus estudios, las jóvenes embarazadas, tienen que ingresar al mercado laboral para poder mantener a los hijos, sin embargo ahí enfrentan otra barrera, pues son rechazadas por la edad y por los bajos niveles de escolaridad.
Velázquez Garrido, refirió que todo ese entorno hostil le afecta en su desarrollo como madres, pues están en un ir y venir de emociones, en donde convergen la decepción, el enojo y la frustración.
Asimismo, mencionó que este problema social, debe enfrentarse con acciones integrales y políticas públicas que involucren tanto a los padres a las instituciones educativas y al sector salud.
