Redacción
CANCÚN, Q. Roo
El PRI en Quintana Roo está en zozobra, con un proceso electoral federal a punto de iniciar, y con la petición de ex dirigentes de renovación total de las cúpulas.
Mario Machuca Sánchez, diputado local federal, uno de los aspirantes a tomar las riendas del tricolor, comentó que es el momento de avanzar con las mayorías, pero para ello se requiere un nuevo dirigente, el cual sea electo por las bases del tricolor, porque su partido “ya no está para bendecidos”.
El diputado charló con Quintana Roo Hoy del trabajo legislativo realizado en San Lázaro.
Actualmente participa en las comisiones de Asuntos Municipales, Comunicación y Transporte.
¿Qué ha hecho en el Congreso?
Entré prácticamente a la mitad del período ordinario que acaba de concluir, donde me sumé al grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México por la fórmula que se hizo.
Me ha tocado subir ya tres veces en tribuna, la primera fue para fijar una postura de partido, para una fecha conmemorativa, y para presentar una iniciativa que modifique la ley de transporte, con la finalidad de sancionar por el uso del teléfono o por las pantallas instaladas en las unidades.
Hay dos más que presentaré al retornar, una que pretende castigar a quien conduzca las aguas negras hacia cenotes y corrientes subterráneas, y otra para reformar la ley general de salud, en el sentido de que la mujer puede mover las fechas para incapacidad por maternidad, pero esto no se ha plasmado en los reglamentos del IMSS o Issste. Se busca la integración de la familia.
Ahora se le menciona como posible dirigente estatal del PRI, ¿cómo ve esa posibilidad?
Mira, me gusta la idea, y nace de una propuesta, porque fuimos un tanto castigados por la población en el proceso electoral pasado, no en Benito Juárez, porque acá se ganó todo, aunque se dice que es el más voluble y que gana el presidente pero no los diputados, en esta ocasión se ganó todo.
Pero no fue así en Chetumal, Cozumel y Solidaridad, y nos quitó la posibilidad de la gubernatura.
Ahí es donde nace la idea, porque si el dirigente nacional decidió separarse del cargo por salud del partido y dar oportunidad a otros a que sigan con ese camino, por qué no hacerlo en una entidad donde no tuvimos los resultados que se esperaban.
Se busca una convocatoria, pero que sea un presidente del PRI que surja de una consulta real a la base priista, porque si se hace por medio de un consejo político, pues de repente surge la simpatía y se recarga el consejo precisamente por esa simpatía, por el que ha sido bendecido.
Coincido con un documento emitido por ex dirigentes del PRI del sur enviado al comité nacional, donde la propuesta es la reestructura del tricolor. No dicen el método, pero a mí me parece que debe ser consulta a la base y retomar la identidad social.
Cuando se pone en la mesa la reestructura del PRI, mi compañero Martín de la Cruz considera que tu servidor puede ser el adecuado. Si esa es la decisión de la militancia lo acepto, porque quien quede al frente del partido estará fortalecido, no por un consejo político que es muy respetable y que tiene que participar, pero ahora la fortaleza sería de líderes naturales, sectores y organizaciones. El que gane que llegue fortalecido.
Si la confianza es para otro, cuenta conmigo para todo, pero que sea bajo esa circunstancia.
¿El PRI ya no está para ‘bendecidos’?
Creo que ya no, los resultados que acabamos de tener es una muestra que si no avanzamos con la voluntad de las mayorías, no podremos salir adelante.
¿Cómo se ven en 2018?
Si buscamos este método, si nos ponemos a trabajar desde ahorita, nos irá bien. Me dicen que por qué la urgencia, porque el 2018 no está lejos, y el próximo año sacan todos la cabeza (los que quieren), y el PRI tiene que hacer su parte y estar fortificado.
Entre más tiempo pase más sigue la zozobra de ese liderazgo que se necesita, y si no se trabaja no llegamos con la fortaleza que se requiere.
¿Están ‘huérfanos’ en el PRI?
No propiamente. Eso se decía en el 2000 y muchos apostaban a que desapareciera. Tengo la plena confianza en que el PRI como instituto político ahí está, si hay errores son de las personas y tienen nombre y apellido, los individuos nos equivocamos, no la institución.
Tiene que haber una forma diferente, porque antes había un primer priista en el estado que de alguna forma tenía la calidad moral para dirigir y apoyar, pero ese primer priista deja de estar, y quien tiene que asumir las riendas de la entidad es quien asuma la presidencia del PRI en la entidad.
¿En caso de llegar a la dirigencia, cómo será la relación con el nuevo gobernante?
Tiene que ser institucional. Los procesos electorales tienen bandera política, pero cuando te toca una responsabilidad se tiene que asumir como tal. En caso que nos toque esa posibilidad, hay que darle todo el beneficio de la duda de un buen gobierno.
Señalar lo bueno y lo que no esté bien, pero hacerlo de manera propositiva, el radicalismo no ha sido una de las características del PRI. En Benito Juárez se ha demostrado, ha habido presidentes de otros partidos y no se ha radicalizado, el respeto siempre lo tendrán y hay que trabajar.
El diputado federal y aspirante a líder estatal del PRI, concluye que el PRI se enfrenta a nuevos tiempos, donde la competencia es real y existe con actores políticos identificados con la gente.
Nosotros buscamos esa identidad y nos ha permitido tener un buen resultado. En mi caso me he acercado con la gente directamente, identificarse con la sociedad y cumplir. Se requiere un cambio.
