Jazmín Ramos / Grupo Cantón
El calor dispara el consumo de agua embotellada y su precio, evidenciando una crisis que impacta el bolsillo de los ciudadanos.
Cancún.- Durante la temporada de calor, el consumo de agua embotellada aumenta entre un 15 a 20 por ciento y en este periodo las purificadoras suelen incrementar el precio de sus productos de uno a tres pesos, dependiendo de la demanda y la inflación, afectando la economía familiar y fortaleciendo una industria con un mercado que alcanza los mil 200 millones de dólares.
Con base en datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), los estados del sureste y norte del país son quienes lideran el consumo de recurso hídrico envasado, esto debido a las altas temperaturas que suelen registrar esas regiones, que oscilan entre los 35 y 40 grados.
Las estadísticas también refieren que el costo del consumo de agua embotellada por hogar mensualmente ronda entre los 336 y 752 pesos, dependiendo del número de miembros de la familia. Además, la industria registra un crecimiento sostenido desde el 2013 a la fecha del 70 por ciento.
Según el biólogo Alejandro Suárez Molina, el consumo de agua embotellada en México tiene su origen en la poca confianza que tiene la población en la red de distribución del vital líquido, pues no cumplen con los tratamientos de potabilización, los cuales pueden generar enfermedades.
Es más, la propia Comisión Nacional de Agua (Conagua) desde 2016 advirtió sobre los riesgos bacteriológicos que permea en el recurso hídrico, por lo que las autoridades del sector salud y riesgos sanitarios recomiendan hervir el agua o, en su defecto, contar con un dispositivo que ayude a filtrar y purificar el vital líquido.
Sin embargo, el tema de la mala calidad del agua que llega a los hogares viene desde años atrás, cuando en 1991 se registraron brotes de cólera en el país, lo que propició un boom en el surgimiento de embotelladoras de agua y un mercado que día a día suma más consumidores que prefieren pagar que correr el riesgo de enfermarse por tomar el líquido directo del grifo.
Actualmente, el mercado del agua envasada alcanza los mil 200 millones de dólares y entre las empresas que lideran la industria destacan Coca-Cola (Ciel), PepsiCo (Epura) y Danone (Bonafont). Incluso, han surgido nuevas modalidades como la venta de líquido purificado con dispensadores que venden el agua a granel.
El economista Hilario Pacheco Ramírez señaló que el gran negocio del agua cada día suma otros productos, como aguas saborizadas, con electrolitos, mineralizadas e incluso infusionadas de hierbas aromáticas, por lo que el mercado se amplía lucrando con el recurso hídrico cuando la propia constitución refiere el derecho que tienen los mexicanos al agua potable.
En el caso de Quintana Roo, la población no solo tiene las tarifas más caras del agua que llega a los hogares, sino que también paga más por el agua embotellada, pues un garrafón de 20 litros a nivel nacional ronda entre 45 y 50 pesos y en la región es de 47 a 60 pesos.
Referencias de la Secretaría de Economía (SE) indican que en el estado operan un total de 12 empresas del rubro, destacando Embotelladora Bepensa, Embotelladora del Caribe SA de CV, Agua Inmaculada S.A. de CV y Agua Vive, Purificadora Aguafenix, Agua Purificada Fresco Mar y Agua Purificada Ríos de Agua Viva.
A esta oferta se suman las purificadoras que operan con franquicias a pie de calle, que por 14 a 25 pesos se puede llenar una garrafa de 20 litros; sin embargo, de acuerdo a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), no hay estudios que refieran la calidad del agua que suministran.
Estos dispensadores del vital líquido, al ser económicos, suelen ubicarse en las colonias populares. Es más, esta modalidad de venta de agua purificada a granel gana terreno en el mercado, ya que solo en Cancún se tienen contabilizados 200 puntos de venta, pero también operan en Playa del Carmen y Tulum.
Los estudios referentes al consumo del agua embotellada del INEGI refieren que el 85 por ciento de la población consume el recurso hídrico envasado, de los cuales el 69.4 por ciento la considera más saludable y el 19.6 por ciento lo hace por el sabor.
Asimismo, hacen mención de que Cancún y Playa del Carmen son las ciudades con mayor consumo por tener más población; sumando a ello, las actividades turísticas que también demanda el vital líquido purificado, aunque la mayoría de los hoteles cuentan con filtros de alta tecnología.
En cuanto a las ventas, los repartidores de agua, entre ellos Ulises Vázquez Lima, mencionan que es durante la temporada de verano cuando se disparan las ventas entre un 15 a un 20 por ciento, al grado de que tienen que recargar las unidades dos veces al día para cubrir sus respectivas rutas.
“En la época de calor, junio, julio y agosto, entregamos al día unos 350 a 400 garrafones por itinerario, por lo que tenemos que surtir dos veces el camión, pues la unidad solo tiene capacidad para 250 bidones de 20 litros”, indicó el chofer, Luis Carvajal Rojas.
Por su parte, el repartidor, Gerardo Colin Uk, dijo que por vivienda le suelen comprar entre 2 a 4 garrafones dependiendo de los integrantes de la familia y de la zona, pues en áreas residenciales también usan el agua purificada para cocinar.
“El costo del agua generalmente sube dos veces al año, en enero y en julio; el incremento va de 50 centavos a un peso, todo depende de las empresas. Yo reparto agua Cristal, somos lo que más vendemos en Cancún”, indicó Francisco N. N.
Cabe indicar que en el 2024 el precio del agua embotellada y las bebidas en general registraron incremento de uno a tres pesos debido a la alta demanda por las altas temperaturas y los desafíos en la producción, envasado y distribución.
En lo que va del año, el precio de la garrafa de 20 litros de agua purificada se encuentra entre los productos básicos con mayor variación en su precio debido a la inflación, que en mayo se ubicó en el 4.42 por ciento.
De acuerdo al Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), la inflación acumulada en lo que va de este ejercicio anual alcanzó el 1.5 por ciento con un incremento del 2.6 por ciento en bebidas (de todo tipo), alimentos y tabaco.
Con ello, se puede establecer que el agua embotellada está a merced de la escalada de precios por ser un producto considerado básico. Se estima que el consumo del producto es de 5,000 millones de litros del vital líquido envasado, generando ventas de 60,100 millones de pesos.
Esto representa un consumo promedio de 10 litros diarios por hogar y 192 garrafones anuales por cada familia; de hecho, el 80 por ciento de los mexicanos utiliza el agua embotellada como su principal medio de hidratación.
Por recomendación de los médicos, una persona debe consumir al día 2 litros de agua, pero esta medida aumenta dependiendo de la temporada del año, pues en verano se puede ingerir hasta 3 litros, ya que no solo se consume agua en los hogares, también en el trabajo y en las actividades cotidianas.
No obstante, los consumidores no solo se enfrentan a la variación del precio del agua, sino también a la calidad que ofrecen las empresas, pues según la Profeco no todas cumplen con lo que dictan las normas mexicanas; tan es así que en un reciente estudio ventilaron las menos confiables.
Entre las marcas que fueron identificadas que tienen un sabor menos atractivo destacan Propel, Dasani, Ice Mountain, Aguafina y Naleczowianka, mientras que las más confiables y de mayor calidad fueron Peñafiel, Bonafont, Ciel, Nestlé y Vital.
También la Profeco alerta que no siempre la ecuación calidad y precio va de la mano, pues hay aguas embotelladas a menor costo que superan la calidad de aquellas que, por ser una marca conocida, tienen un mayor precio y demanda, por lo que se debe ser analítico al consumir.
Ante el constante incremento del agua embotellada, que implica un duro golpe a la economía familiar, la Dirección General de Estudios sobre Consumo (DGEC) hace referencia a la instalación de equipo para la purificación del agua en los hogares, lo cual puede generar ahorros.
De hecho, la DGEC recabó información de las diferentes empresas que ofrecen este servicio mediante diferente procedimiento para tratar el recurso hídrico, obteniendo las características físico-químicas que se requieren para su consumo.
Por lo tanto, una solución para ahorrar y cuidar el medio ambiente es contar en los hogares con el servicio de agua purificada a través de estos filtros que incluso mejoran el sabor y la calidad del vital líquido y minimizan los riesgos de la salud al eliminar las bacterias.
Sin embargo, no todos tienen la capacidad para absorber estos gastos; por lo tanto, el consumo de agua envasada sigue en ascenso al grado de que las embotelladoras extraen alrededor de 7.9 millones de metros cúbicos de agua al año en siete cuerpos subterráneos del país, según estadísticas de la UAM.
A esto se le suma que el consumo de agua purificada está ocasionando un grave problema de contaminación ambiental ante el incremento de la producción, así como el uso y desecho de envases de plásticos que terminan en ríos, mares y mantos acuíferos.
Ejemplo de ello es que el uso anual de tereftalato de polietileno, conocido como PET, va en aumento año con año y, según la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), México supera el millón de toneladas de plásticos transformados en botellas que tardan más de tres siglos en degradarse.
Y aunque en el caso de Quintana Roo ya está vigente la prohibición de plásticos de un solo uso a través de la Ley para la Prevención, Gestión Integral y Economía del Estado, empero la industria sigue con esas prácticas, sobre todo en las bebidas embotelladas, pues difícilmente podrán reemplazar el envasado.
Asimismo, el gobierno estatal se sumó a la Estrategia Nacional de Limpieza y Conservación de Playas y Costas, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, con el objetivo de eliminar el 100% de los plásticos en las costas en un plazo de cinco años.
No obstante, la industria turística y restaurantera no ha podido eliminar su uso a pesar de las prácticas sustentables que promueven. De hecho, los huéspedes y los comensales siguen recibiendo el agua embotellada, lo que abona a la contaminación.
En sí, el tema del recurso hídrico envasado tiene muchas aristas que van desde cubrir la demanda para consumo humano de calidad, la presión que está ocasionando la industria por su extracción y el impacto ambiental, refiere el especialista en materia ambiental, Ernesto Aguayo Gómez.
Respecto al manejo del agua y el saneamiento en Quintana Roo, un estudio de Centinelas del Agua muestra que el 69 por ciento del consumo de agua se va para el sector hotelero, el 20 por ciento va al sector agropecuario y menos del 10 por ciento al uso urbano.
En sí, hay un estrés hídrico generado por la industria y el uso en los hogares al grado de que la disponibilidad del acuífero de la Península de Yucatán era de 5 mil millones de metros cúbicos en el 2015 y, llegando al 2023, disminuyó a 2 mil millones de metros cúbicos de agua, lo cual ha encendido las alertas.
Pero mientras las autoridades no atiendan el problema de forma integral y garanticen prácticas sustentables, el problema se agudizará, obligando a la población a invertir más recursos para el consumo de agua purificada y dando cancha abierta a las embotelladoras, cuya industria va en franco crecimiento, contribuyendo a que los plásticos sigan impactando el medio ambiente.