CANCÚN, Q. Roo.- Cristina Alcayaga fue la primera mujer que presidió el Consejo Coordinador Empresarial del Caribe (CCE), pero cuando se le pregunta si ése ha sido uno de sus mayores logros, sin pensarlo contesta que de lo que se siente más orgullosa es de su labor social, primero como promotora de una reforma al código penal de Quintana Roo que tipifica como delito grave la explotación infantil y más recientemente por su labor como impulsora de una fiscalía especializada en feminicidios.
Su labor durante la crisis de 2009 generada por el virus de la influenza A-H1N1 que “prácticamente nos vació Cancún” y obligó a elaborar estrategias emergentes desde el CCE para evitar en la medida de lo posible despidos masivos de los hoteles es otra de las experiencias más entrañables de su vida.
No es que doña Cristina desdeñe la importancia de presidir un organismo tan influyente en la vida del estado, sino que valora por encima de ello lo que desde esa posición se puede hacer a favor del desarrollo económico, pero también social.
Bajo esa óptica escribió en 2007, antes de presidir el CCE, el libro Ojos que sí ven, en el que abordó el tema de la explotación infantil cuando nadie quería reconocer que el problema existía en Quintana Roo. Al cabo de un tiempo, se aprobaron las reformas necesarias que colocaron al estado entre los primeros tres a nivel nacional que endurecían sus penas contra los explotadores de menores.
Trabajó también en el establecimiento de cursos de capacitación para que personal de los hoteles tomase conciencia de esta problemática y pudiese identificar potenciales casos de turismo sexual en las playas de Cancún.
Trabajo parejo
Tanto en lo empresarial como en lo social, doña Cristina tiene muy claro que lo que la mueve es su convicción de salir al ámbito público a defender sus derechos y su pensamiento de mujer; por eso escribió su libro, por eso aceptó la invitación hace más de nueve años a participar primero como consejera y luego como presidenta del CCE. Para ella eso es el feminismo.
“Ser feminista no es sólo defender lo de adentro, lo íntimo, sino salir a la vida pública a enriquecerla, a defender y expresar lo que sienten las mujeres”.
Su activismo social y de género la llevó a impulsar la creación de una secretaría estatal de desarrollo social que financie proyectos productivos impulsados por mujeres, pues a su manera de ver, son ellas el motor de la industria turística del estado.
Pero también son ellas quienes padecen la otra cara de Quintana Roo, la de ser uno de los estados con mayor índice de violencia intrafamiliar. Es esa una de las principales debilidades que a decir de doña Cristina debe atenderse no sólo desde el gobierno sino desde la propia sociedad civil organizada. (Jesús Vázquez / QUINTANA ROO HOY)