Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo.
Estigmatizados, agredidos verbal e incluso físicamente; las personas con preferencias sexuales distintas a la heterosexual, enfrentan un entorno hostil, que no solo los marca de por vida, sino que en algunos casos los lleva hasta la muerte.
La discriminación contra la comunidad lésbico-gay de acuerdo a datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), son muy marcadas, al grado que 7 de cada 10 individuos con una tendencia diferente establecida por la sociedad, han sufrido algún tipo de acoso.
Asimismo las estadísticas refieren que este segmento de la población considera que el principal problema que enfrentan en su vida cotidiana es la marginación, la cual paradójicamente comienza en sus propios hogares, pues al menos 4 de cada 10 mexicanos no permitirían que en sus casas vivieran homosexuales.
En Quintana Roo, el panorama para las personas que tienen una preferencia sexual diferente tiene los mismos matices, por lo cual el rechazo, la burla, el hostigamiento y la violencia se han vuelto tan cotidiano que la sociedad ve normal que sean sometidos a “la jiribilla” por el tipo de orientación que profesan.
La psicóloga Roxana Herrera Lemus, explicó que, ante la intolerancia que hay en la sociedad a las personas diferentes, no solo por su tendencia sexual, sino en el concepto generalizado, se le discrimina afectando emocionalmente a la víctima, dejándole marcas de por vida.
“El hecho de que no se encaje en los estándares establecidos por nuestros similares y si a ello se le suma romper con lo que se dicta como moral y buena costumbre, estas personas se vuelven vulnerables, se les consideran el prietito en el arroz y se convierten en blanco fácil para todo tipo de vejaciones”.
Añadió que, el comportamiento humano es muy complejo y lejos de que se fomente la tolerancia, se inculca a través de todos los aparatos ideológicos (casa, escuelas, religión y medios de comunicación), la competencia, la rivalidad, la imposición y una colectividad mal entendida, de tal suerte que sí alguien es distinto es segregado.
Pero el tema de la discriminación a nivel nacional contra la comunidad lésbico-gay, de acuerdo a los datos oficiales se ha recrudecido al grado de que la homofobia genera crímenes por odio, ya que en los últimos cinco años se tiene el registro de mil asesinatos de personas que mostraron abiertamente sus homosexualidad.
Las estadísticas también indican que México ocupa el segundo lugar a nivel mundial por crímenes de odio ante el rechazo que existe por los individuos con tendencias sexuales diferentes a la heterosexual, siendo el Estado de México, Nuevo León y Michoacán, donde se tiene el mayor número de muertes por esta causa.
En tanto, en lo referente a la discriminación, abuso y hostigamiento contra los homosexuales, destacan la Ciudad de México, Puebla, Veracruz, Quintana Roo, Acapulco y Baja California; aquí generalmente las agresiones son ejecutadas por efectivos policiacos.
La presidenta de la Red de la Equidad y los Derechos Humanos en Quintana Roo, Rosa María Márquez Pérez, mencionó que la diversidad sexual como tal genera rechazo por la sociedad, debido a que no hay una cultura de respeto y tolerancia, por lo tanto el ambiente se vuelve hostil contra quienes muestran tendencias diferentes y obviamente afectan su desarrollo como individuos.
“Todos merecemos respeto, sea cual sea la diferencia que existan entre unos y otros, pero se estigmatiza por no cumplir con lo que establece la sociedad, la moral, las buenas costumbres, entonces viene la discriminación, el abuso, la violencia y muchos casos hasta los crimines por odio”.
Comentó que, en Quintana Roo la comunidad lésbico-gay enfrenta un índice alto de homofobia, pero lo más grave es que existen casos de jóvenes que han sido agredidos por la propia policía al manifestar abiertamente su tendencia sexual.
Asimismo, en la entidad no hay políticas públicas enfocadas al combate y prevención de la discriminación, la cual debe iniciar a edades tempranas, pues en la medida que se eduque respetando las diferencias de otros, se formarán individuos capaces de respetar y tolerar la diversidad.
El rechazo afecta su desarrollo individual, laboral y afectivo
Sobre el mismo tema, Roberto Guzmán Rodríguez, presidente de la Red Positiva en Quintana Roo, mencionó que la discriminación a la comunidad lésbico-gay en la entidad no dista mucho de lo que pasa en otros estados del país, en donde las actitudes de burla y la violencia están presentes a pesar de los avances legislativos que se tienen para la protección de sus derechos.
Comentó que, aquellos que manifiestan una tendencia distinta al género marcado por la sociedad, sufren la discriminación desde el hogar, entonces sí en la casa hay rechazo, en el exterior el ambiente también será hostil afectando su desarrollo individual, laboral y afectivo.
“La comunidad lésbico-gay vienen trabajando desde hace varias décadas por una nueva construcción del género y esa ardua lucha hay personas que incluso perdieron la vida, porque se tiene un sistema muy cerrado, donde influye la cultura y la religión, además ahí convergen grupos muy conservadores y retrogradas que atentan con los derechos humanos en general”.
Mencionó que, en la medida de incluir respecto y tolerancia desde el hogar se irá avanzando en el tema de la discriminación, la cual es muy marcada en México a comparación de otros países y no solo con la comunidad lébico-gay, sino contra todos esos colectivos que muestran tendencias distintas a lo que marcan la sociedad.
Es más, la Encuesta Sobre Discriminación que realizó en el 2013 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), refiere que los abusos contra este segmento de la población, van desde burlas, golpes, violaciones y asesinatos.
El grado de mayor vulnerabilidad de la comunidad lésbico-gay, la viven aquellos que oscilan entre los 18 y 29 años; sin embargo, la violencia contra ese colectivo inicia a edades muy tempranas; inicia en el hogar, después escuelas y trasciende al ámbito laboral, donde son objeto de bullying.
En lo referente al ámbito escolar hay casos de niños suicidas, que ante el acoso por su homosexualidad prefirieron la muerte.