Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo
A pesar de que Quintana Roo es uno de los estados del país con la mayor población de jóvenes, se desaprovecha el llamado bono demográfico, segmento que enfrenta serios problemas de desarrollo, dificultades para insertarse al mercado laboral y es un imán para el crimen organizado.
Datos del Instituto Mexicano de la Juventud y del Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (MCS-ENIGH), revelan que los jóvenes de 12 a 29 años desafían condiciones de desventaja ante un entorno hostil salpicado por la inseguridad, violencia, problemas sociales y una marcada pobreza.
En ese contexto, el sociólogo Horacio Lagunas, explicó que en el caso Quintana Roo, donde el 50% de la población es joven, la situación se recrudece, toda vez que el estado enfrenta problemas graves en rezago de infraestructura urbana y social, además se suma el tema de las marcadas diferencias entre la Zona Norte y la Zona Sur del estado.
“Los jóvenes de Quintana Roo están en una olla de presión, pues hay una desigualdad social rampante, no existe una oferta educativa pública incluyente, el empleo es mal pagado y tiende a la eventualidad, además están expuestos a la violencia, a las adicciones y el 65% sufren algún tipo de escasez”, puntualizó.
Mencionó que, lejos de que se aproveche el bono demográfico, en Quintana Roo no existen políticas públicas que impulsen el desarrollo de los jóvenes, y si bien se tiene una tasa de desempleo menor a la media nacional, ello no garantiza que obtendrán un trabajo bien remunerado.
Presa fácil del crimen
Las condiciones presentadas han propiciado que los jóvenes sean un blanco fácil para el crimen organizado, pues según datos de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito, el 45% de los detenidos corresponde a jóvenes de 16 a 25 años y entre los delitos más comunes, destacan el robo y el narcomenudeo.
Al respecto, el coordinador general de la asociación Ángel Ciudadano, Hernán Cordero Galindo, indicó que el crimen organizado ha aprovechado el rezago social que enfrenta el estado y en el caso de Cancún ha virado hacia los jóvenes, pues al ser una población vulnerable y con carencias son presa fácil, por lo que actualmente hay hasta menores de edad delinquiendo.
“Toda esta situación se debe a la descomposición social derivado de la falta de políticas públicas que logren equilibrar el desarrollo social, hay una disparidad en la calidad de vida de quienes radica en este centro turístico, por un lado la opulencia y por otro lado la marginación”.
Aseguró que, si no se garantiza una buena calidad de vida se disparan los problemas sociales y es ahí donde el crimen organizado esta fincando raíces y si a esto se le suma que hay impunidad, entonces se entiende que aun cuando los delincuentes sean detenidos saldrán libres y se vuelve un tema de nunca acabar.
Por su parte la presidente de la Red por la Equidad y los Derechos Humanos en Quintana Roo, Rosa María Márquez Pérez, mencionó que sin duda alguna la falta de oportunidades, las políticas públicas mal encaminadas y la corrupción, están impactando en la calidad de vida de la población a tal grado de que la violencia se ha disparado, los jóvenes son captados por el crimen organizado y los problemas sociales están a la orden del día.
Consideró que, la entidad tiene una población jóvenes que debe ser aprovechada, pero lejos de ello, se encuentra rezagada, pues la educación es limitada, no hay programas que los incluyan en actividades deportivas, artística, culturales y no se fomenta el emprendurismo, por lo tanto el crimen organizado los acecha.
Más problemáticas
El sociólogo añadió que la mayoría de los jóvenes en Quintana Roo sólo logran concluir la educación media superior, de modo que no es mano de obra calificada, esto obviamente repercute en la calidad del trabajo, de tal suerte que su desarrollo es limitado.
Otro problema que enfrentan los jóvenes en el estado es la falta de una educación sexual adecuada, que los lleva a enfrentar embarazos no deseados, de ahí que se ven obligados a abandonar los estudios y enfrentar los problemas que implica mantener una familia sin estar debidamente preparados.
Además, el crear una nueva familia sin tener las condiciones para ello genera problemas en ese vínculo, donde la violencia, el abuso y el abandono son latentes, por lo que generalmente se termina en la desintegración, siendo las madres quienes se hacen cargo del desarrollo de los hijos y se vuelve un círculo vicioso difícil de romper ante la falta de políticas públicas encaminadas a los problemas de los jóvenes.
Bajo ese contexto según los datos oficiales, el 65% de los jóvenes en Quintana Roo enfrentan algún tipo de pobreza y en el caso de la Zona Sur del estado, las oportunidades de empleo son más complicadas, por lo que finalmente terminan migrando a Cancún y Playa del Carmen, en donde enfrentan problemas por las baja escolaridad.
