Manuel Sánchez / Grupo Cantón
El Cáncer de Ovario representa un desafío significativo para la salud pública, especialmente por su diagnóstico tardío y alta mortalidad.
Cancún.- Con motivo del Día Internacional del Cáncer de Ovario celebrado este 8 de mayo en Quintana Roo, este padecimiento representa un desafío significativo para la salud pública, especialmente por su diagnóstico tardío y alta mortalidad.
Este tipo de cáncer, el tercero más mortal entre los padecimientos ginecológicos, afecta principalmente a mujeres mayores de 45 años, aunque hay casos de más jóvenes, como adolescentes.
El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) contabilizó en 2024 un total de ocho casos y en lo que va del 2025 se han registrado dos, sin embargo la lista pudiera incrementarse debido a mujeres que desconocen su diagnóstico.
La falta de síntomas específicos complica su detección, lo que subraya la importancia de estrategias preventivas y educativas en el estado.
Las medidas de prevención en Quintana Roo se centran en la detección temprana y la educación. La Secretaría de Salud estatal promueve revisiones ginecológicas regulares, incluyendo ultrasonidos transvaginales para mujeres con factores de riesgo.
Sin embargo, pruebas como el Papanicolaou no son suficientes para detectar este cáncer, por lo que se requiere mayor acceso a herramientas especializadas, como el cuestionario de tamizaje utilizado en otros estados, que evalúa antecedentes y síntomas.
Las campañas de concientización son limitadas, pero esenciales para informar a la población.
Los síntomas del cáncer de ovario son a menudo silenciosos o inespecíficos, lo que lleva a un diagnóstico en etapas avanzadas en el 75% de los casos. Síntomas como dolor abdominal, hinchazón, urgencia urinaria frecuente, problemas para comer o estreñimiento pueden confundirse con afecciones gastrointestinales o urinarias.
Esta ambigüedad resalta la necesidad de educar a mujeres jóvenes y adultas sobre la importancia de escuchar su cuerpo y acudir al médico ante molestias persistentes.
La educación médica es crucial para mejorar la detección
En Quintana Roo, la capacitación del personal médico en la identificación de síntomas y factores de riesgo es insuficiente. Programas de formación continua, como los implementados en la Ciudad de México con el Instituto Nacional de Cancerología, podrían servir de modelo.
Las mujeres deben ser empoderadas para exigir revisiones completas, especialmente si tienen antecedentes familiares de cáncer.
Los factores de riesgo para el cáncer de ovario incluyen antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon, así como mutaciones en genes BRCA1 y BRCA2.
La edad es otro factor clave, con mayor incidencia entre los 45 y 64 años. Otros riesgos incluyen menarquia temprana (antes de los 12 años), menopausia tardía (después de los 54 años), infertilidad tratada sin embarazo a término y el uso prolongado de terapia hormonal.
Factores modificables, como una dieta alta en grasas y baja en fibra, también aumentan el riesgo.
Según el INEGI, la incidencia de cáncer de ovario en México es de aproximadamente 10.1 por cada 100 mil mujeres, pero datos específicos para Quintana Roo son escasos.
Estimaciones basadas en estudios nacionales sugieren que el estado tiene una incidencia similar, con un aumento en las últimas décadas debido al envejecimiento poblacional.
La Secretaría de Salud reporta que los casos en mujeres jóvenes están creciendo, lo que requiere mayor vigilancia.
La mortalidad por cáncer de ovario en Quintana Roo es preocupante. Entre 2000 y 2014, el estado se ubicó en la región socioeconómica 7, con las tasas de mortalidad más altas del país (4.1 por 100,000 mujeres).
Esto supera la media nacional, que se estabilizó en 3.3 por 100 mil en el mismo periodo. La alta mortalidad se atribuye al diagnóstico tardío y a la falta de acceso a tratamientos especializados en el estado.
En comparación con la media nacional, Quintana Roo enfrenta retos estructurales. Mientras que en estados como la Ciudad de México se han implementado pruebas de tamizaje específicas, en la entidad la infraestructura médica es limitada, especialmente en zonas rurales.
La supervivencia a cinco años en México es del 45%, pero en el estado podría ser menor debido a estas barreras de acceso.
Las asociaciones civiles, como Salvati, juegan un papel importante en la educación y apoyo a pacientes, pero su presencia en Quintana Roo es reducida.
Estas organizaciones abogan por chequeos regulares y promueven la investigación, aunque la falta de recursos limita su impacto.
El fortalecimiento de estas iniciativas podría mejorar la concientización y el apoyo a las mujeres afectadas.
Para combatir el cáncer de ovario en Quintana Roo, es urgente implementar programas integrales que combinen educación, detección temprana y acceso a tratamientos.
La colaboración entre el gobierno, asociaciones civiles y el sector médico es esencial para reducir la incidencia y mortalidad, garantizando que las mujeres, especialmente las jóvenes y adultas, estén informadas y protegidas frente a esta enfermedad silenciosa.
Síntomas en etapa temprana:
* Inflamación en la pelvis
* Mareos
* Dolor de espalda
* Síntomas digestivos
* Dolor abdominal
* Cambios en el periodo menstrual
Síntomas en etapa avanzada
* Intensos cólicos y espasmos
* Pérdida de peso inexplicable
* Necesidad de orinar frecuentemente
* Estreñimiento
Si una mujer presenta estos síntomas más de 12 veces al mes, podríamos hablar de un cáncer de ovario avanzado. Que también podría tener cura, pero podría ser más complicado de tratar.
Algunos expertos aseguran que cuando la detección de esta enfermedad es temprana, puede aumentar la expectativa de vida un 95%.Este tipo de cáncer se presenta principalmente en mujeres entre 50 y 70 años de edad.
A la fecha se desconocen realmente las causas del cáncer de ovario, sin embargo, ha coincidido que entre 10% y 15% de los casos, tienen una alta carga genética. Sin embargo un estudio publicado por Australian Ovarian Cancer Study Group, asegura que existe una relación entre el cáncer de ovario y la endometriosis.
Tratamiento
La primera opción del tratamiento, es la cirugía; extirpar directamente el tumor, o de ser necesario ambos ovarios.
La segunda opción es la quimioterapia, mediante la cual es posible eliminar el tumor, y erradicar las células cancerígenas.
Algunos especialistas recomiendan los tratamientos por medio de agentes biológicos, como las terapias angiogénicas, mediante al cual producen el crecimiento de vasos sanguíneos en vez de células cancerígenas.
El cáncer de ovario puede curarse si se detecta a tiempo. Por eso, es de suma importancia que ante cualquier molestia acudas con tu médico y te realices los estudios correspondientes.
