Rocío Villalobos
QUINTANA ROO HOY
Los fines de semana son los días donde la economía se incrementa en la ciudad de Puerto Morelos debido a que es cuando más afluencia hay de bañistas; sin embargo, el número es igualmente proporcional con el incontrolable incremento del ambulantaje.
A diferencia de playas como las de Cancún y Playa del Carmen, Puerto Morelos se ha convertido en un “Mini Acapulco” debido al constante paso de vendedores los cuales invaden la zona de las playas y no dudan ni un minuto para despertar o importunar al turista para ofrecerle sus productos que van desde alimentos hasta artesanías y manualidades.
A lo anterior se suma el hecho de que la gente sabe que al no existir quien controle en las payas, pueden llevar a sus perros a convivir en la zona de bañistas, algunos de ellos defecando u orinando en los arenales, principalmente cerca de la zona de sargazo. El problema es que minutos más tarde, una familia se instala en ese mismo lugar sin sospechar que minutos antes un perro hizo sus necesidades justo en ese mismo lugar.
En la entrada de cada uno de los accesos de playa a los arenales de Puerto Morelos existen letreros, los cuales ya están grafitiados en dónde se explican las reglas de acceso a la zona de bañistas.