Jesús Vázquez
CANCÚN, Q. Roo.
E El estudio denominado Riqueza biológica de Quintana Roo. Un análisis para su conservación, establece que en el estado hay 11 especies animales en peligro de extinción, 15 amenazadas y ocho sujetas a protección especial; el mono araña y el jaguar podrían ser declaradas extintas en el estado en los próximos 10 años, corriendo la misma suerte que la mariposa Dryadula phaetusa, especie que habitaba en Cancún, pero que no se ha vuelto a ver en la zona desde 1988.
El documento busca ser un punto de partida que le permita al Gobierno del Estado y demás actores involucrados tomar las acciones necesarias que sirvan para prevenir y evitar el avance en el deterioro palpable de la zona norte del estado, la isla de Cozumel y la ribera del Río Hondo.
Se consigna en el documento que está pendiente la publicación de los planes de manejo ambiental para 6 de las 23 áreas naturales que existen en la entidad; sigue avanzando en la ribera del Río Hondo la pérdida de hábitat natural debido al crecimiento urbano, el cultivo de maíz, el chile jalapeño, la ganadería y en especial al establecimiento del monocultivo de caña de azúcar, que ha significado la pérdida de 30,000 hectáreas de selva en los últimos 25 años, además de que sigue en peligro de extinción el ratón de Cozumel, especie endémica de la isla, de la que sólo se han podido encontrar ocho ejemplares y su desaparición parece inminente.
El estado de cosas es atribuido al acelerado crecimiento poblacional, a la tala descontrolada de la selva y al auge de la industria turística, que se han conjugado en los últimos 30 años para poner en jaque diversos hábitats naturales que conviven en Quintana Roo.
“La creciente demanda de servicios y productos, escuelas públicas y privadas, servicios de salud, espacios para la recreación, desarrollos agrícolas y ganaderos, entre otro tipo de actividades han traído aparejada la pérdida de vegetación original, así como de las formas de vida asociadas a los diferentes ambientes”, se lee en el documento.
En el caso del mono araña en la Riviera Maya, se advierte que en caso de que continúe el crecimiento poblacional y turístico, “la población de dicha especie quedará atrapada en algún fragmento pequeño de selva, lo cual significaría su desaparición de esa zona en un plazo no muy largo”.
Para la ribera del Río Hondo advierten sobre la urgente necesidad de declararla “corredor biológico” para que otorgue la protección necesaria al hábitat, pues de lo contrario desaparecerán por completo de la zona especies como la nutria.
Arrecife de coral
En el apartado de invertebrados acuáticos, el estudio refiere que en las dos últimas décadas del siglo pasado hubo pérdidas alarmantes en especies claves que habitan la barrera arrecifal que se ubica frente a las costas de Quintana Roo, así como un decremento grave en la cobertura del coral cuerno de ciervo a tal grado que la especie actualmente puede ser considerada como rara.
Refiere que en los últimos 20 años se han registrado cuatro blanqueamientos de corales, enfermedad que resulta cuando los corales expulsan a las microalgas por un aumento en la temperatura del agua; ante lo cual las especies más afectadas fueron las del género Montastraea y Agaricia tenuifolia. Se reconoce que ha habido alguna recuperación en los últimos años, pero de ninguna manera se han logrado recuperar los niveles anteriores de cobertura, diversidad y salud, básicamente “por el aumento de las presiones humanas”. En promedio, la cobertura coralina y la densidad de juveniles en el Caribe mexicano es más alta que en otros arrecifes de la zona, “pero existen sitios donde la situación puede considerarse como crítica”.
En el apartado de vertebrados marinos mencionan como caso especial el de la cacerolita marina o L. polyphemus”, la cual ha sufrido una particular devastación ante el desarrollo de la zona costera, la instalación de puertos, complejos turísticos e industriales, así como la exploración submarina y la extracción de hidrocarburos, “lo cual ha ocasionado un daño enorme a las poblaciones de forma irreversible”.
La riqueza que queda
El documento no es todo sombrío y habla de que pese a todo Quintana Roo es uno de los estados con mayor riqueza natural del país; es por ejemplo Quintana Roo parte del corredor natural Sian Ka’an-Calakmul, segundo macizo forestal más consolidado en América Latina, tan sólo después de la región de la Amazonia.
La entidad es además la única en todo el país donde se pueden observar cerca de la mitad de las aves de México; pese a todo sigue siendo refugio del jaguar, además de que a las costas quintanarroenses arriba 50% de las especies de tortugas marinas que habitan en el mundo.
El estado además tiene más de 30% de su total superficie total declarada como área natural protegida, donde destacan Banco Chinchorro, el Santuario de la Tortuga Marina en Xcacel-Xcacelito y el Santuario del Manatí en la Bahía de Chetumal.
Del mismo modo, toda la costa del estado está regulada por instrumentos de política ambiental, como los ordenamientos ecológicos y las áreas naturales protegidas, ante el acelerado crecimiento del estado la entidad es líder en la promulgación de ordenamientos territoriales y planes de desarrollo, que regulan el crecimiento urbano a futuro.
El documento concluye estableciendo que el gran desafío que enfrenta Quintana Roo es lograr la preservación de la riqueza biológica del estado, “que si bien ha sido afectada de forma directa o indirecta y de manera diferenciada en la zona norte, centro o sur, aún cuenta con una biodiversidad que representa más de 25% de las especies reportadas para el país, e incluso en algunos casos hasta 50%, como en las aves”. La conservación no debe ser vista como una disyuntiva ante del desarrollo económico, sino como la única opción viable para que todo lo demás pueda perdurar, concluye.