La edil en alianza con el Cabildo municipal aprobaron el Plan de Desarrollo Urbano, pese a las advertencias y recomendaciones de expertos
Cristina Escudero
grupo cantón
Laura Fernández Piña consuma su traición a los habitantes de Puerto Morelos, al haber aprobado en los “oscurito” y a puerta cerrada junto con los integrantes del Cabildo el Plan de Desarrollo Urbano (PDU 2020-2030), pese a que ese acto ecocida, tenía el rechazo ciudadano y las observaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) quien determinó que violenta disposiciones de leyes federales y estatales en materia ambiental y urbana.
Este acuerdo abre el camino a las empresas inmobiliarias para que realicen negocios con miles de hectáreas del nuevo municipio, sobre ocupen la zona, despojen a los pequeños propietarios y se destruya todo el entorno ecológico en aras de ganancias fáciles. No importa que el turismo lo que busca son espacios menos densos y con mayores espacios para la naturaleza. Y por si fuera poco todos estos negocios ecocidas, están encabezados por una presidenta surgida del Partido Verde Ecologísta (PVE) y que ya consumado este zarpazo, pide licencia para contender por el mismo partido en alianza con Morena, para una diputación federal.
La regidora morenista Yazmín Vivas quien fue la única que votó en contra de la aprobación del PDU, advirtió desde la noche del miércoles que la habían convocado a sesión de Cabildo extraordinaria a las 7:30 de la mañana de ayer sin que le hicieran llegar las órdenes del día, ni los acuerdos que se votarían, por lo que sospechó que se trataba de un “madruguete”, lo cual resultó cierto, ya que 10 minutos antes de la sesión le entregaron hojas escuetas, sin datos, carentes de un documento oficial que acompañara el acuerdo, “aun así, se atrevieron a someter a votación el PDU, evidentemente sin un estudio adecuado y a conciencia por parte de los regidores, con menos de 10 minutos de discusión en precabildeo; es evidente que esta sesión exprés ya estaba planchada”, comentó.
De esta forma, Laura Fernández le dio el tiro de gracia al municipio y a sus habitantes, pues tenía prisa por irse no sin antes autorizar el ecocidio e impedir el desarrollo sustentable de Puerto Morelos, ya que en la misma sesión solicitó licencia para separarse del cargo, la cual será válida a partir del 7 de marzo cuando busque contender por una diputación federal para supuestamente continuar “defendiendo” la ecología. Hay que recordar que a este evento le precede el asesinato de Ignacio Sánchez, fuerte aspirante a la presidencia, quien se oponía a la depredación de su municipio.
En un acto considerado por Yazmín Vivas como de completa arbitrariedad, Laura Fernández Piña se negó a realizar los ajustes al PDU de acuerdo con lo que establece el marco legal ambiental y urbano “para que pueda ser validado y reconocido” por la Semarnat que le dirigió el oficio SPPA/ 305/ 2020, donde le solicitaron oficialmente al gobierno municipal que frenara la aprobación.
Lamentable también fue la participación de los integrantes del Cabildo, quienes sin conocer el documento, sin analizarlo, sin discutirlo ni leerlo siquiera, aprobaron un Plan de Desarrollo Urbano que pone en peligro el ecosistema y con el que prácticamente le están entregando el municipio a empresas inmobiliarias y desarrollos hoteleros.
Además, no se tomaron en cuenta las observaciones técnicas de los ciudadanos, así como de expertos de la UNAM y de ONGs, quienes revelaron que el PDU de Puerto Morelos, aumenta la densidad de hoteles hasta 200 cuartos por hectárea e incrementa la altura de los edificios hasta 10 y 20 niveles y autoriza pasar de 60 viviendas por hectárea en cuatro niveles, hasta 500 viviendas por hectárea y 20 niveles en densificación urbana.
Además, fomenta el desarrollo de casas en zonas inundables -lo cual está prohibido- y pretende devastar el manglar para la construcción de un puente que atraviesa el humedal para conectar el puerto con un centro logístico de manejo de carga y una estación para el Tren Maya.
Expertos en el tema del manejo del medio ambiente, cuestionaron también que el proceso de elaboración del anteproyecto de actualización “no fue transparente, ni inclusivo” y que define un modelo de desarrollo “incompatible con un desarrollo social en equidad, de calidad y ambientalmente sostenible, que cambiará irreversiblemente la identidad de Puerto Morelos”.